

Conceptos como productividad, efectividad, rigor, siguen siendo metas por alcanzar en muchos estudios de arquitectura. En este post te damos la vía para conseguirlas, poniendo foco principalmente en la digitalización de la arquitectura y la transformación digital.
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Parece que a los arquitectos nos cuesta hacer la transformación digital. Vivimos en una sociedad plenamente digitalizada en bastantes profesiones y nuestro sector puede sacar también muchas ventajas de la automatización de procesos. Puede que esta transformación se vea como una “amenaza” al sector, a la hora de digitalizar las comunicaciones y ciertas tareas, pero en definitiva se trata de ser más efectivos en nuestro trabajo y aumentar nuestro valor para con el cliente.
Las soluciones digitales que disponemos actualmente nos ayudan a alinearnos con los diferentes equipos del edificio/proyecto mediante un único canal, el digital. Esto supone una ventaja ya que, la vía tradicional presencial es multi-focal y podemos perder en productividad.
Las tecnologías como la gestión de Big Data en BIM, las herramientas de visualización digital, los softwares para el BIM Building Commissioning, etc., forman parte de un conjunto de soluciones que rompen con la forma tradicional de entender los edificios.
La importancia de la digitalización en la arquitectura radica en que los proyectos cada vez son más complejos, en el sentido de que los aspectos a considerar a la hora de realizarlos implican más técnicos especialistas: cumplimiento normativas frente al ruido, incendios, ciclo de vida del edificio, diseño de fachadas, certificaciones medioambientales, etc.
Por lo tanto, necesitamos vías de comunicación y coordinación del edificio optimizadas de forma que permitan una actuación eficaz. Es evidente que el impacto es brutal una vez se hace la transformación digital en los estudios de arquitectura: los equipos sienten que han dado “un paso adelante” en su manera de abordar y trabajar los proyectos y también este nuevo “Know-how” crea valor frente a posibles estudios competidores.
La digitalización de la arquitectura y la construcción genera además nuevos empleos y perfiles técnicos muy interesantes: desde arquitectos de soluciones en el sentido de diseñar soluciones digitales adecuadas para el estudio, hasta perfiles especialistas en control de dispositivos de Realidad Virtual, diseño y prefabricación de estructuras complejas, etc. Digamos que la carrera de arquitecto se “fragmenta” en diversos perfiles especialistas en materias concretas.
Por otro lado, la entrada de robots en el mundo de la obra, es más necesaria por la rapidez de ejecución, operabilidad y reducción de riesgos laborales.
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Por último y no por ello menos interesante, la transformación de los estudios de arquitectura hacia la digitalización nos abre las puertas a todo un mundo de posibilidades formales: el plano recto se rompe y se transforma en superficies curvas parabólicas, mucho más naturales que los ángulos rectos. En ese aspecto, la arquitecta Zaha Hadid y su equipo ha contribuido desde el principio a esta transformación formal de la arquitectura:
Está claro que el principal “enemigo” de cualquier labor profesional es la falta de productividad. El caso de los estudios de arquitectura, por supuesto, no es una excepción. Para ello necesitamos ser conscientes de en qué puntos de nuestro trabajo solemos ser menos productivos y hacer frente al problema. Pero, primero de todo, vamos a pararnos un poco en pensar qué es la productividad.
En el sector de la construcción entendemos como productividad: “diseñar con concentración y sin estrés, de forma que empleamos todo nuestro potencial cognitivo en ello. Esto deriva en un trabajo de calidad y con pocos errores de proceso”. En los proyectos altamente productivos, normalmente se suele emplear más atención al principio de los trabajos, pero según se van desarrollando, los proyectos se generan con mayor rigor.
En general, la productividad en la arquitectura puede mejorarse en los siguientes aspectos:
Para acometer la productividad contamos con las siguientes soluciones digitales:
La transformación digital para arquitectos consiste en un salto hacia la utilización general de ciertas herramientas, plataformas y dispositivos informáticos que nos hagan trabajar con mayor conectividad y efectividad. Conlleva un proceso de transformación paulatina de nuestra forma de relacionarnos con la tecnología totalmente integrada en nuestra labor profesional, más allá del uso de software de diseño asistido.
La prioridad es la conversión hacia un modelo de trabajo colaborativo, online y más automatizado. Con ello ganaremos en tiempo, ampliación de competencias y estandarizaremos procesos en nuestra vida como arquitectos. Suena bien, ¿verdad?
La digitalización de proyectos es transformar todos los procesos que conllevan el diseño, desarrollo y mantenimiento de los edificios hacia una utilización exclusiva de lo digital y la automatización. Su objetivo principal es aumentar la productividad y evitar así posibles pérdidas económicas.
Las principales ventajas que ofrece la digitalización son:
Los problemas que podemos encontrar a priori con la digitalización de la arquitectura tienen que ver con la gestión del cambio: pasar de los procesos tradicionales a los digitales no se consigue de la noche a la mañana. La transformación digital hacia una mayor conectividad requiere formación adecuada, tiempo, cierta inversión económica, interés, esfuerzo y voluntad. En los estudios de arquitectura sabemos que los proyectos exigen mucho tiempo y, conseguir hacer un proyecto 100% digital a la primera es muy difícil.
La transformación digital necesita entonces un tiempo de transición en la forma de trabajar y hacer proyectos. El reto que tenemos los arquitectos en esta exigente curva de aprendizaje es grande, pero las ventajas que luego vamos a tener en la profesión compensan el esfuerzo invertido. El resultado es tener un único entorno digital, fácilmente accesible por todos, en el que el edificio muestre toda su información a lo largo de su ciclo de vida.