

Nos encontramos inmersos en un proceso de inestabilidad, y es necesario que los nuevos proyectos de arquitectura se basen en la eficiencia energética y desarrollo sostenible. El estándar Passivhaus aporta una solución a esta situación, con un sistema constructivo diferente que garantiza unos niveles de confort interior adecuados.
A continuación vamos a hablar de unos de los aspectos fundamentales del estándar Passivhaus como son las carpinterías exteriores de gran aislamiento y estanqueidad. Si en el post Passivhaus: Aislamiento y puentes térmicos hablamos de la importancia de la continuidad de la envolvente, es lógico pensar que las carpinterías es uno de los puntos más delicados. Una mala ejecución del detalle de unión con el cerramiento puede ser la responsable de la aparición de los temidos puentes térmicos.
Una de las principales estrategias que tiene la arquitectura bioclimática, y que hay que tener en cuenta en la fase de diseño de un proyecto, es intentar conseguir el máximo aprovechamiento de la incidencia solar como fuente de energía solar. El aprovechamiento máximo de la radiación solar nos ayudará a reducir la demanda de calefacción en invierno y en verano, y con una protección solar adecuada nos ayudará a refrescar el interior. Es necesario encontrar un equilibrio entre las ganancias y pérdidas que encontramos en nuestro edificio, por esa razón es necesario dimensionar los huecos correctamente.
El estándar Passivhaus establece como criterio que la máxima diferencia de temperatura entre la superficie interior y la temperatura ambiente tiene que ser de 4.2ºC para garantizar el confort interior. En condiciones normales la temperatura del aire interior en invierno es de aproximadamente 20ºC con una humedad relativa del 50%. La temperatura convencional de las ventanas suele caer hasta los 10ºC, con esa temperatura la humedad del aire condensa en la superficie fría, en la cara interior de la ventana, provocando la aparición de agua y de moho en caso de que no se limpie.
Por esa razón es tan importante la correcta ejecución de la continuidad en el aislamiento, ejecución de los sellados y utilización de carpinterías con baja conductividad térmica como puede ser la carpintería KÖMMERLING76 certificada Passivhaus. Una manera sencilla de verificar la correcta ejecución es que la condensación tiene que aparecer por la cara exterior del vidrio de la ventana instalada.
El estándar Passivhaus no exige que los sistemas utilizados tengan que ser certificados por el Institut Passivhaus, si bien es cierto que ayuda a conseguir el certificado de vivienda construida mediante el estándar y simplifica enormemente la incorporación de datos en el PHPP. (Balance energético).
Son carpinterías construidas con vidrios dobles o triples, con tratamiento bajo emisivo y alto factor solar. La utilización de estos vidrios provoca el denominado efecto rebote, se minimizan las pérdidas de calor debido a que reflejan y devuelven parte de la energía emitida en el interior de la estancia, evitando los cambios bruscos de temperatura. Además se utilizan juntas de estanqueidad, al margen de las roturas de puente térmico que ya van incorporadas en las secciones de los perfiles de la propia carpintería.
La transmitancia térmica máxima permitida por el estándar Passivhaus en Europa para una ventana montada es de Uwinst ≤ 0.85W/m2K. Este dato engloba al conjunto de la ventana, de nada sirve medir el vidrio y el perfil por separado. Por esa razón es tan importante utilizar materiales con poca conductividad en el marco como el plástico, la madera, productos de fibra de vidrio o de PVC reciclado. Una ventana certificada por el Passivhaus Institut posee un sello y certificación de este tipo.
En cuanto a la instalación de las ventanas se recomienda la colocación de la carpintería en línea con el aislamiento térmico de la parte opaca de la envolvente. Esto ayuda a eliminar los posibles puentes térmicos y garantiza la correcta ejecución del sistema constructivo, proporcionando un acceso sencillo para la colocación de barreras estancas y encintados al perímetro de la ventana. Una ventana mal aislada necesita grandes radiadores para que el aire caliente ascienda pegado a la hoja de vidrio y asegurar cierto confort interior.
Como curiosidad, para saber si una ventana está bien instalada solo hay que esperar al rocío de la mañana. La parte fría de las ventanas se encuentra en el exterior, por lo que lo habitual es que cuando nos levantemos nos la encontremos con condensaciones por el exterior en la parte central.