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Cuando hablamos de Passivhaus lo primero que nos viene a la cabeza son viviendas unifamiliares de obra nueva, pero el estándar también se puede aplicar con criterio en proyectos de rehabilitación. Actualmente en España existe un mercado inmobiliario con altas carencias energéticas, alrededor del 60% de las viviendas y edificios construidos son anteriores al año 1980 (la primera normativa sobre instalaciones térmicas data del año 1979). Desde el Ministerio para la Transición Ecológica ya se están tomando medidas al respecto mediante programas de ayuda y subvenciones.
Mejorar la clasificación energética de un edificio repercute directamente en nuestro consumo energético. Es decir, cuanto menor consumo tengamos de calefacción y electricidad menos gasto económico tendremos, además de reducir considerablemente las emisiones de CO2 a la atmósfera.
La rehabilitación realizada bajo el estándar Passivhaus en un edificio no se diferencia mucho de una rehabilitación tradicional en el uso de materiales o soluciones, la diferencia principal se basa en la búsqueda de la hermeticidad completa de la envolvente del edificio, para conseguir un ahorro energético.
Obtener una certificación Passivhaus en una rehabilitación suele ser algo más complicado que en una obra nueva. La principal razón es que en una obra nueva desde el primer momento tenemos el control sobre el proyecto y su puesta en ejecución, conocemos la solución constructiva, los materiales que vamos a utilizar, hemos realizado un cálculo previo para saber su comportamiento energético, etc. En una rehabilitación, de primeras nunca sabemos cuál va a ser el punto de partida, aunque actualmente ya existen herramientas que nos permiten analizar el estado en el que se encuentra el edificio y definir una hipótesis.
Pero no nos engañemos, una rehabilitación en un edificio histórico del casco antiguo de una ciudad es un trabajo complejo y que hay que hacer con cuidado. La envolvente del edificio ha podido variar a lo largo del tiempo por multitud de razones y hay que recordar que el estándar Passivhaus no se trata de un sistema constructivo, no es una solución determinada, sino que se basa en la consecución de obtener como resultado unos valores actuando sobre la envolvente de los edificios. En los proyectos de rehabilitación los puntos claves serían las fachadas y la cubierta, evitando en todo momento los puentes térmicos.
Una rehabilitación puede ser certificada Passivhaus si cumple los criterios definidos por el Institut Passivhaus. El uso de sistemas, componentes y criterios Passivhaus en la rehabilitación busca en todo momento el bienestar de las personas, mejorando su confort térmico.
En los edificios en los que la rehabilitación se realiza mediante un SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) la certificación Passivhaus se denomina EnerPHit, en aquellos casos en los que más del 25% de la rehabilitación se realiza por el interior de las fachadas la certificación pasa a denominarse EnerPHit +i.
*Para los sistemas constructivos que no se pueden identificar claramente, se estimaran valores en concordancia a los sistemas empleados en la construcción de edificios similares, fijándose sobre todo que exista una similitud en la fecha de construcción.
*En ocasiones se necesitan actuaciones no contempladas en el estándar Passivhaus, pero eso no quiere decir que no se puedan certificar, siempre y cuando estos requerimientos especiales mejoren la eficiencia energética y sean rentables durante el ciclo de vida del edificio. Por esa razón es necesario calcular el balance energético del edificio mediante la última versión del PHPP. (Programa de planificación Passivhaus)
Se pueden definir dos protocolos de actuación dentro de los proyectos de rehabilitación para poder ser certificados.
Demanda de calefacción QH ≤ 25 kWh/(m2a)
Los sistemas o productos que se pretenden instalar deben contar con la certificación Passivhaus, o en su defecto, aportar los cálculos y documentación necesaria que confirme que cumple con lo exigido.
Envolvente opaca del edificio:
-Aislamiento por el exterior: ft* U ≤ 0.15 W / (m2k)
-Aislamiento por el interior: ft* U ≤ 0.35 W / (m2k)
Sabemos que aislar por el interior no es la mejor solución, pero no siempre está permitido actuar sobre las fachadas con alto nivel de protección urbanístico, en este caso hay que tener muy presente los puentes térmicos existentes para intentar minimizar al mínimo sus efectos.
Carpinterías exteriores: UW instalada ≤ 0.85 W / (m2k)
Puertas exteriores: UD instalada ≤ 0.80 W / (m2k)
Ventilación: n ef RC ≥ 75% .El consumo de electricidad ≤ 0.45 Wh / m3
Actualmente ya existen en el mercado máquinas de recuperación de calor de doble flujo de dimensiones reducidas para poder ser utilizadas en proyectos de rehabilitación, en ocasiones cuando la superficie de actuación es de gran tamaño se pueden utilizar varias máquinas a la vez, lo que permite ocultarlas en falsos techos sin necesidad de tener un cuarto específico de instalaciones.
Demanda de energía primaria: Qp ≤ 120 kWh / (m2a) + ((QH– 15 kWh / (m2a)) * 1.2
Hace referencia al gasto de todas las instalaciones necesarias para electricidad, iluminación, calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria…
Estanqueidad:
Valor límite; n50 ≤ 1.0h -1
Valor meta; n50≤ 0.6h -1
Un error habitual es pensar que la estanqueidad y el aislamiento térmico se comportan de la misma manera. Son conceptos diferentes y deben tratarse de manera individualizada. El aislamiento térmico y la hermeticidad ayudan a evitar pérdidas de calor, pero también es importante reducir el paso del aire. El objetivo es realizar una envolvente estanca sin infiltraciones de aire.
De nada sirve realizar todas las actuaciones anteriores si a posteriori tenemos infiltraciones de humedad. Es importante prestar atención en todos los detalles exteriores sobre todo cuando la rehabilitación la estamos realizando con aislamiento por el interior del edificio. Hay que prestar especial cuidado en el sellado de los diferentes elementos, encuentros de la fachada con la cubierta, antiguos pasos de instalaciones o chimeneas, y la instalación de las nuevas carpinterías exteriores.
Pero el conseguir una certificación Passivhaus EnerPHit o EnerPHit+1 no solo conlleva un ahorro energético en el futuro, sino que también mejora el confort interior, se mejora el aislamiento acústico, se eliminan las condensaciones interiores responsables en muchas ocasiones de la aparición de moho, y se mejora la calidad del aire interior.