

La concentración urbana da lugar a altos niveles de contaminación. Políticas de todo el mundo intentar reducirla bajando el nivel de emisiones de edificios, medios de transporte e industria. Sin embargo, por gran diferencia que pueda marcar este esfuerzo, será imposible que el aire sea 100% puro. El siguiente reto es: ¿cómo cazar la polución del aire y hacerla desaparecer?
Están saliendo proyectos de todo tipo para reducir la contaminación del aire, por transformación química o con construcciones que son auténticos purificadores de aire gigantes.
Breathe Brick es obra de Carmen Trudell, y no es más que el desarrollo del sistema de las aspiradoras modernas, que separan las partículas pesadas contaminantes y las retiran. Es un sistema de fachadas específicamente diseñado para cumplir las funciones habituales de la envolvente y, además, mantener en el interior un aire de calidad.
La base es un «ladrillo» diseñado para ser un elemento más del sistema de ventilación del edificio: la fachada se compondría de una hoja exterior de este ladrillo y una interior estándar, que es la que lleva el aislamiento. La composición puede ser estructural y también soportar cargas laterales.
En la hoja exterior, unos conductos verticales se encargan de recoger las partículas separadas y dejarlas caer hasta un depósito en la base de la envolvente.
La hoja exterior tiene dos elementos fundamentales: los ladrillos de hormigón y una pieza de plástico reciclado que se coloca entre ellos con la función de aplomarlos y abrir un conducto entre el exterior del edificio y la «chimenea» que se crea en el interior de los ladrillos.
El sistema funciona tanto con ventilación mecánica como pasiva para fomentar el movimiento del aire.
Así se genera un elemento nuevo a caballo entre la envolvente y las instalaciones del edificio, con una función que va más allá que el propio edificio, integrándose en el ciclo de la ciudad.
Fuente imágenes: Plataforma Arquitectura