

En los últimos años la implantación del sistema de doble fachada ha subido como la espuma. El hecho de que los edificios de altura con grandes superficies acristaladas sean cada vez más sensibles respecto la sostenibilidad y el aislamiento acústico, ha conseguido que este sistema constructivo sea ahora de uso preferente frente al muro cortina, a pesar de aumentar los costes de construcción, inspección, operación y mantenimiento.
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La fachada de doble piel (Double Skin Façade en inglés) es un tipo de construcción compuesta por varias capas, teniendo cada capa su propia función dentro del conjunto. El sistema consta de una primera “piel” con óptimas prestaciones energéticas, una cámara de aire y una segunda “piel” exterior. También es común la incorporación de sistemas de protección solar en dicha cámara.
Aunque el sistema de doble fachada es tema de estudio en la actualidad y ha sido popularizado sobretodo por los proyectos con certificación sostenible, ya en su día Le Corbusier hizo sus primeras investigaciones sobre cómo incorporar tuberías de frío-calor en cámaras de aire de cierto espesor cerradas por grandes acristalamientos a ambos lados. Este concepto fue bautizado como “mur neutralisant”.
El sistema actual surge a raíz de tener edificios acristalados con condiciones interiores adecuadas y confortables a la vez que se intenta optimizar energéticamente al máximo el edificio. Tratándose de rascacielos, principalmente los edificios que predominan en contar con grandes superficies acristaladas, los costes para lograr las condiciones interiores durante su uso suponen un desembolso exponencial en consumos energéticos, si no se implantan fachadas de varias capas.
La fachada de doble piel está compuesta por tres capas, como te hemos comentado más arriba. Cada capa desempeña su propio rol en el conjunto del sistema:
La determinación por un tipo u otro depende principalmente de factores tanto los puramente climáticos (temperaturas anuales, humedad anual, carga y exposición al viento, radiación solar), orientación de las fachadas, como del entorno edificatorio urbanístico próximo y del uso del edificio.
Anteriormente te hemos explicado toda la variedad y posibilidades que tiene el sistema de doble fachada. Son tantas las variantes que podríamos decir que cada solución es hecha ad-hoc para el proyecto. Pero sí que hay una inmensa mayoría de fachadas dobles exclusivamente compuestas por vidrio en ambos paños, como evolución del mítico muro cortina.
Los impactos positivos de la fachada de doble piel acristalada frente al muro cortina son:
La mayoría de los edificios de oficinas en altura y acristalados de los últimos años suelen estar proyectados ya contando con el sistema de doble fachada. Aunque esta técnica viene aplicándose ya cierto tiempo: ¿Quién de nosotros no tiene guardada en su retina el “innovador” sistema de fachada del edificio BBVA de la Castellana en Madrid? ¿Y la aclamada torre Castelar también en la Castellana madrileña?
Ya yéndonos a edificios icónicos del siglo 21, tenemos ejemplos espectaculares más al norte de la misma Castellana, en el complejo Cuatro Torres.
Aquí te presentamos cuatro ejemplos también destacables en cuanto a eficiencia energética y criterios sostenibles mediante el sistema de doble fachada:
La variedad y flexibilidad de los sistemas KÖMMERLING permite adaptar todo tipo de soluciones de perfil a las fachadas de doble piel de vidrio, con la seguridad de contar con transmitancias térmicas bajas, alto aislamiento acústico, alta hermeticidad al aire, variedad de opciones de apertura y minimización de los puentes térmicos de hueco con:
En definitiva, la complejidad en el diseño de este tipo de fachadas reside principalmente en estudiar y simular el comportamiento térmico-acústico del sistema: tener carpinterías aislantes, el espesor de la cámara (si se desean generar convecciones, ventilación por estratificación o “efecto chimenea”, etc.), la automatización de las protecciones solares, etc. También la accesibilidad para la facilidad de mantenimiento es importante. Estos son los puntos clave para un correcto diseño de este sistema constructivo.