

La necesidad de utilizar materiales en la construcción en los edificios es un hecho evidente. Lo que no se percibe tan a simple vista es que la mayoría de estos materiales de construcción son sometidos a costosos procesos industriales para su adecuada aplicación y que, si pierden sus propiedades con el paso de los años, deberán ser reemplazados por otros.
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La energía embebida o incorporada de los materiales de construcción es aquella que «directa e indirectamente se necesita tanto para producirlos, utilizarlos como para desecharlos»: para la extracción de las materias primas; para la elaboración de los productos; el transporte de los productos a obra; la invertida por la maquinaria en la instalación en el edificio y su final desmantelamiento, el mantenimiento en fase de uso y finalmente derribo. La EI de los materiales de construcción forma una parte importante de la energía consumida y los impactos del Ciclo de Vida del edificio. Naturalmente puede calcularse: existen actualmente en el mercado diferentes software de cálculo preciso de la energía incorporada y la emisión de CO2 en el ciclo de vida del producto.
La energía embebida de los materiales significa también:
Trabajar con la energía embebida significa trascender más allá de conseguir reducir consumos y demandas energéticas del edificio en fase de uso (eficiencia energética) incorporando a ese cálculo energético tanto el «antes» como el «después» en la vida del edificio: es decir, las fases de producción y construcción por un lado y las fases de desmantelamiento y reciclaje por otro.
En la tabla se aprecia la diferencia en cuanto a materiales con elevada energía incorporada como, por ejemplo, el EPS (necesita 32.5 kWh/kg para su fabricación), en comparación con aquellos con una mejor energía, como el corcho aglomerado (solamente 0.8 kWh/kg).
Los siguientes productos de la construcción destacan por su alta EI:
Teniendo en cuenta que, en torno al 90% de la energía embebida/incorporada tiene que ver con las fases de extracción y fabricación de los productos, te damos una pista dónde podemos acometer una reducción drástica de la energía embebida en el proyecto o edificio:
También es importante que tengas en cuenta la cantidad de material que necesitas en el proyecto. Es decir, tampoco es de gran ayuda utilizar una mayor cantidad de componentes con baja EI si utilizando otros con mayor EI es necesaria una menor cantidad.
Ahora mismo existe un proyecto europeo, Life Renatural NZEB, que ha desarrollado una base de precios de construcción de acceso libre con materiales con baja energía incorporada.
Hay que prestar también atención a la durabilidad de los productos, ya que quizás por el hecho de incorporar al proyecto materiales con muy baja energía embebida en su proceso de industrialización, repercuta en su durabilidad, lo que repercute en que a largo plazo deberá sustituirse más rápidamente, provocando más consumos a la larga.
La labor para el Análisis del Ciclo de Vida del edificio y los materiales de construcción se facilita gracias a las fichas DAP. Este documento es la radiografía sostenible del producto determinado, es decir, cuantifica detalladamente el impacto ambiental en su ciclo de vida completo.
En el caso concreto de KÖMMERLING, contamos ya con sistemas de carpintería con fichas DAP: el sistema Eurofutur Elegance y KÖMMERLING76 Xtrem. Estos perfiles tienen además destacadas prestaciones aislantes y herméticas al paso del aire.