

El diseño pasivo está actualmente en boca y práctica de cada vez más arquitectos. Sin embargo, este método lleva formando parte de la arquitectura tradicional desde tiempos inmemorables. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
Es una forma de proyectar edificios aprovechando las características medioambientales existentes para reducir al máximo el consumo de energía necesaria para ser habitables. El diseño pasivo se centra en la parte pasiva del edificio, es decir, los componentes constructivos y materiales, y recurre a fenómenos naturales como la radiación solar y el viento para acondicionar los espacios.
Pero este término no es nuevo. En su libro de 1979 «El Libro de la Energía Solar Pasiva», Edward Mazria ya explica en detalle en qué consiste el diseño solar pasivo y las estrategias para hacerlo posible. Mazria asegura que «los sistemas de energía solar pasivos captan y transportan el calor por medios naturales. Esencialmente, las estructuras y demás componentes constructivos del edificio conforman este sistema de captación, no tienen por qué existir colectores independientes». Por lo tanto Mazria rompió ya en los años 70 la lanza a favor de la calidad constructiva de los edificios, asegurando que una mejor relación entre la parte constructiva y la radiación solar haría que los edificios consumieran menos energía.
Ya en el siglo XXI, Micheel Wassouf afirma con términos actuales en su libro «De la casa pasiva al estándar Passivhaus» que «la calidad pasiva del edificio se caracteriza por la mayor o menor demanda de energía que necesite para la calefacción y refrigeración».
En cuanto al aprovechamiento de las brisas y aire exterior para reducir el uso de la ventilación forzada, existe gran cantidad de ejemplos tanto en arquitectura tradicional de climas desérticos y cálidos como en edificios actuales denominados «Ecotech»:
Los diseños pasivos y bioclimáticos son en general susceptibles de confusión, sobre todo en estos tiempos en los que hay un bombardeo constante de información y técnicas. Básicamente, la arquitectura bioclimática recurre a varias técnicas, como los materiales naturales ecológicos y el diseño pasivo, para conseguir su propósito de reducir los impactos ambientales.
La arquitectura pasiva tiene la ventaja de servirse de los recursos naturales existentes, por tanto:
Pero también tiene ciertas desventajas:
Es por esa falta de control de los recursos del Sol y del viento, que el diseño pasivo también opta por incorporar técnicas como aislar térmicamente la envolvente habitable. No obstante, debemos recalcarte que el diseño pasivo en el proyecto optimiza enormemente las demandas energéticas, y por tanto podrás reducir tu capa de aislamiento térmico y el tamaño de las instalaciones.
Como te hemos aclarado más arriba, el diseño pasivo es una de las patas sobre las que se basa la arquitectura bioclimática. También los estándares de alta eficiencia energética, como Passivhaus y Minergie, se apoyan en él para establecer sus niveles prestacionales. Las estrategias pasivas son numerosas y puede que no te sea posible integrar todas en tu proyecto debido a las condiciones dc partida. Eso sí, ten en cuenta que, cuantas más estrategias pasivas incorpores, más reducida será la inversión en aislantes e instalaciones ;-):