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La sostenibilidad ambiental es uno de los principales retos a los que se enfrentan actualmente nuestras ciudades y en consecuencia, su urbanismo y edificios. Los arquitectos, ingenieros y agentes que intervienen en los procesos de construcción no podemos mirar hacia otro lado. La Directiva de Unión Europea 2012/27/UE es un ejemplo que nos indica que mediante una edificación más sostenible podemos ayudar a mejorar nuestro entorno.
En 1987 el informe “Brundtland” popularizó el término desarrollo sostenible, que pone en valor conceptos como el confort y bienestar de los usuarios, pensando en generaciones venideras. Los proyectos ya no solo se deben definir por Firmitas, Utilititas y Venustas (Función, Utilidad y Belleza), tienen que ser capaces de combinar factores económicos, ecológicos y sociales.
La sostenibilidad ambiental no se debe entender como una moda para captar más clientes potenciales, es un incentivo en innovación e investigación de nuevos productos y soluciones constructivas, y debe tener presente los siguientes aspectos:
Hoy en día todos los agentes que intervienen en los procesos de ejecución de un proyecto abogan por un desarrollo sostenible que se puede medir y responde a las premisas iniciales de proyecto. Los indicadores de impacto ambiental son parámetros o estadísticas que permiten analizar los cambios que se producen en el medio ambiente o en el estado del mismo. La información que transmiten estos indicadores ambientales tiene que ser fiable, basándose en criterios homogéneos que tendrá que adaptarse al entorno donde estamos construyendo.
Ejemplo de indicadores más usados:
Los indicadores tienen la obligación de informarnos si el proceso que se está realizando en la construcción del edificio es el adecuado o no, para poder analizarlo y tomar las medidas oportunas. El ciclo de vida, la huella ecológica y el índice de desarrollo humano deben tener una especial atención:
Ciclo de vida: Es un método que analiza los aspectos medioambientales y los impactos potenciales a lo largo de la vida de un producto, desde la adquisición de la materia prima a su producción, su utilización y su eliminación. Se trata de una herramienta que sirve para evaluar la carga medioambiental de un producto o actividad.
Huella ecológica: Es un indicador de impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionada con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar recursos.
Índice de desarrollo humano: es un indicador elaborado por Naciones Unidas, que define la salud, educación y riqueza de la población.
Nuestra acción en cualquier proyecto debe basarse en la reducción de la huella ecológica, mejorando principalmente nuestra forma de construir y consumir.
No es fácil medir la sostenibilidad ambiental. Es fundamental unificar los criterios que utilizamos a la hora de realizar la comparación, los indicadores nos ayudan a evaluar si los procesos que estamos realizando avanzan en la dirección correcta.
No obstante, la medición más básica consiste en clasificar y certificar edificios como “sostenibles” bajo unos estándares mínimos de comportamiento energético, como edificios de consumo nulo o cero emisiones. Actualmente ya existen sellos sostenibles que clasifican y certifican la sostenibilidad como por ejemplo BREEAM, Verde o LEED.