

Sabemos que la envolvente térmica de los edificios es continua: personalmente suelo recurrir a la metáfora de que la envolvente del edificio es como el envoltorio de un bombón ;-). Entonces ¿Por qué nos parece tan extraño colocar aislamiento térmico bajo la solera? ¿Será que, como no lo vemos, nos da lo mismo? Una rehabilitación de edificios existentes eficaz implica por supuesto el aislamiento de las superficies en contacto con el terreno. ¿O es que acaso la suela de tus zapatos no te evita el frío del piso de la calle?
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Exacto. No hay nada mejor que tener suelos acondicionados y pisar bien a gusto sin miedo a enfriarnos los pies. Ese bienestar solo lo conseguimos aislando térmicamente los suelos en contacto con el terreno.
El tema principal a la hora de aislar los suelos consiste en cerrar bien el encuentro con los muros perimetrales, es decir, el puente térmico muro perimetral-solera. Para ello hay que tener en cuenta la estrategia global de aislamiento de la envolvente térmica. Dependiendo del aislamiento de fachada que tengas, debes acometer el aislamiento de solera de diferentes maneras. Ya sabes que lo importante es tener una capa de aislamiento continuo a lo largo de todo el edificio.
Aunque normalmente hay que hacer soluciones ad-hoc según el tipo de edificio que nos encontremos, en general lo más normal es bien levantar el suelo preexistente, bien retirarlo con mucho cuidado si está protegido para volver a colocarlo tras la intervención.
El CTE-HE contempla el aislamiento del muro perimetral en el encuentro con la solera. En los ejemplos más abajo, hay dos opciones: bien prolongando el aislamiento hacia el terreno, bien continuando el aislamiento horizontalmente bajo la solera. Estas soluciones son algo sesgadas ya que no vemos aislamiento en fachada y, por lo tanto, no se logra reducir el puente térmico geométrico solera-muro perimetral.
La solución idónea cuando tienes un sistema SATE o fachada ventilada, consiste en prolongar al menos un metro el aislamiento del zócalo de fachada. De esta manera, el efecto del puente térmico disminuye. Y, por supuesto, aislando la solera en toda la superficie en contacto con el terreno.
Este es el caso más frecuente para acometer una buena rehabilitación energética, sobretodo si nuestro edificio cuenta con protección de la fachada. Como ves en la sección más arriba, lo importante es continuar el aislamiento del muro en la unión con la solera. Normalmente se aprovecha ese aislamiento para actuar de junta constructiva de la solera.
Debes tener muy en cuenta que los materiales aislantes para suelos en contacto con el terreno deben tener además propiedades de resistencia a cargas, más concretamente debes comprobar el índice de deformación de los ensayos del material en cuanto a fluencia a largo plazo (50 años). Básicamente se utilizan en el mercado los siguientes materiales aislantes para solera: