

Llevamos ya cierto tiempo hablando en el sector sobre la rehabilitación energética de edificios y seguimos insistiendo que, ésta es una manera bastante eficaz no solo de revitalizar el sector profesional de la construcción sino también de mejorar el confort y salud de las personas que habitan los edificios existentes.
El concepto de rehabilitación energética lleva ya cierto tiempo en boca de todos. Se puede definir este tipo de intervenciones como la realización de una serie de obras en un edificio existente cuyo fin sea mejorar la eficiencia energética. La rehabilitación energética afecta a la envolvente del edificio, es decir, el conjunto de superficies que encierran espacios interiores en contacto con el exterior y con el terreno.
Como hemos dicho, la rehabilitación energética tiene que ver con la eficiencia energética en los edificios. Pero te tengo que aclararte sin embargo, que la rehabilitación energética tiene que ver con más aspectos que añadir sistemáticamente aislamiento térmico. Sí que es cierto que un gran peso del presupuesto de obra se los llevan los aislamientos, pero en este tipo de actuaciones normalmente hay que saber manejar también otras características constructivas del edificio. Por ejemplo: el diseño bioclimático pasivo, la permeabilidad al paso del aire y sistemas de climatización e iluminación avanzados. Y, por cierto, tampoco debemos dejar de lado no sólo el ahorro energético directo sino también el ahorro de consumo de recursos como el agua.
¿Qué tipo de rehabilitación puede ser energético? Podemos tener proyectos de rehabilitación energética en diferentes niveles de intervención:
En este sentido, el Código Técnico de la Edificación 2019 (CTE-HE) considera como rehabilitación este tipo de intervenciones y por lo tanto de aplicación:
Ampliaciones en las que se incremente más de un 10% la superficie o el volumen construido de la unidad o unidades de uso sobre las que se intervenga, cuando la superficie útil total ampliada supere los 50 m2;
Reformas en las que se renueven de forma conjunta las instalaciones de generación térmica y más del 25% de la superficie total de la envolvente térmica final del edificio.
Te apuntamos a continuación el procedimiento óptimo para llevar este tipo de proyectos a buen puerto:
En principio el cumplimiento de los Documentos Básicos «ahorro de energía» y «salubridad» del Código Técnico de la Edificación 2019 en intervenciones en edificios existentes asegura la rehabilitación energética. Estas intervenciones están dentro de lo que se denominan Edificios de Consumo Casi Nulo.
Sin embargo, también existen otras metodologías que va más allá del cumplimiento del CTE: las certificaciones sostenibles. En este caso hablamos del estándar Passivhaus, LEED, BREEAM, VERDE y DGNB.
La administración es consciente de que la tasa de rehabilitación de edificios debe aumentar en los próximos años, más concretamente, la rehabilitación de 1.200.000 viviendas hasta 2030. Apuesta firmemente por la rehabilitación energética a través de subvenciones gracias a fondos europeos como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Para promover la rehabilitación eficiente existen Programas de ayudas como el PAREE y PREE5000 (para edificios situados en municipios con una población menor que 5000 habitantes). Y con el paso del tiempo, este tipo de ayudas se irán incrementando para cumplir los objetivos.
Como novedad para la solicitud de las ayudas debes tener en cuenta que ya se está incorporando la justificación del reciclaje de Residuos de Construcción y Demolición de, al menos, un 70%.