

El performance Gap es un término bastante desconocido en nuestro sector en España pero muy estudiado en otros países. Con las nuevas necesidades de proyectar Edificios de Consumo Casi Nulo, surge la pregunta de si estos proyectos luego se llegan a ejecutar de forma correcta consiguiendo así una eficiencia energética real.
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Hoy en día tenemos pruebas significativas que sugieren que los edificios no funcionan tan bien como pensamos. La diferencia de rendimiento entre lo previsto en proyecto y la realidad es lo que se llama Performance Gap. En castellano se traduciría algo así como «brecha prestacional».
Por ejemplo, el proyecto de investigación «Building Performance Evaluation Programme: Findings from domestic projects – Making reality match design» evaluó en 2016 que la diferencia prestacional puede ser de media 2.5 veces en la realidad que en proyecto en edificios de vivienda. En edificios no residenciales puede aumentar hasta una media de 3.8 veces más los consumos.
Cuando ya metemos además el concepto de los Edificios de Consumo Casi Nulo, esta diferencia se puede hacer notar más. La llegada de las nuevas exigencias normativas y directivas en eficiencia energética en los edificios puede dar pie a que encontremos bastantes diferencias entre la calidad de lo proyectado y lo ejecutado. ¿Por qué? Posiblemente porque todavía hay empresas constructoras que no presupuestan debidamente este tipo de obras y optan por escatimar en los materiales de la envolvente térmica y las instalaciones. A esta mala práctica contribuye también, por ejemplo, la falta de un control y comprobación de la eficiencia energética a la hora de la concesión de las cédulas de habitabilidad.
Es decir, que los supuestamente edificios eficientes y sostenibles son ciertamente irreales, ya que alcanzan los requisitos de Eficiencia Energética y generación de Energía Renovable en proyecto pero no en fase de uso, que es lo que importa.
La brecha prestacional o performance gap se debe sobre todo a estos factores:
Lo primero que se viene a la mente es que, si el edificio se comporta de manera diferente a la prevista, significa que:
Para poder determinar que efectivamente existe un margen de desigualdad entre lo proyectado y el comportamiento real del edificio, necesitamos caracterizar a base de medir la realidad. Existen estrategias específicas que nos ayudan a localizar posibles brechas prestacionales como:
Como (casi) todo esta vida, lo mejor para solucionar un problema conocido es adelanterse a él. En el caso del Perfomance Gap, podemos establecer un Comissioning o comisionado ya desde fase de proyecto, de manera que se efectúe un seguimiento de las soluciones y si éstas son viables en cuanto a la eficiencia energética:
Tenemos el caso de un edificio terminado. Se presentan datos de monitorización del comportamiento real y estacionario. Los resultados muestran que existen diferencias considerables entre los cálculos de diseño, los cálculos de cumplimiento del Código Técnico y una medición real del edificio en uso. ¿Se puede evitar el perfomance gap? Por supuesto que sí. Una vez que lo tenemos monitorizado medido.
Por tanto, es fundamental realizar un comisionado incluso del proyecto. Los resultados del comisionado gracias a la monitorización del edificio son una herramienta muy útil a la hora de analizar la brecha prestacional y solucionar el comportamiento energético desigual. Y también de gran utilidad en contratos de gestión y mantenimiento del edificio.
La monitorización facilita un aprendizaje continuo hacia un diseno más fiable, con el que consigamos reducir el coste operacional y las diferencias entre lasprevisiones y comportamiento real.