

El Museo del Holocausto de Los Ángeles tiene una de las cubiertas ajardinadas de mayor superficie del sur de California, que da continuidad al parque en el que se inserta y determina la imagen, la calidad y la eficiencia energética del proyecto. Obtuvo la certificación LEED Oro.
Este diseño proporciona un aislamiento térmico de base a través del contacto con el terreno y la alta inercia térmica de la envolvente ajardinada, que ya sitúa al edificio en unos niveles de eficiencia muy favorables. El terreno es de piedra pómez, lo que colabora añadiendo masa y reduciendo la escorrentía. Además, se conserva bien en el tiempo.
Pese a la sensación de enterramiento, la mayor parte del edificio cuenta con iluminación natural y vistas al exterior.
Al menos una quinta parte de los materiales son productos reciclados. Se hizo con hormigón proyectado con base de cenizas volantes, las armaduras tienen un 90% de material reciclado y un proceso innovador utilizado permitió reducir en un 60% la cantidad de encofrado necesario.
Hasta las especies plantadas sobre el edificio se han elegido para tener el menor consumo posible. El sistema de recogida de aguas es de alta eficiencia y gran parte de la cubierta se riega directamente desde una fuente de agua subterránea.
Toda la iluminación exterior está desconectada de la red, alimentándose exclusivamente de la energía acumulada por captación solar. Por supuesto, las luminarias son todas LED.
Belzberg Architects lo definen así: «la decisión de hacer de la sostenibilidad el elemento conceptual básico, en vez de ser una idea secundaria, ha permitido que terreno, edificio y comunidad trabajen en equipo y que el proyecto sea más eficaz en su misión como institución educativa y cultural.»