

Este diseño se ha instalado en puerto de Barcelona con motivo del evento BCN SmartGrid y servirá durante un año como centro de gestión y control de varios proyectos relacionados con la eficiencia energética y la sostenibilidad.
El diseño responde en su totalidad a las necesidades y posibilidades energéticas, encomendando su forma a los complejos cálculos solares que buscan el mejor rendimiento energético del conjunto, combinando exposición y sombreamiento en función de los intereses en cada momento y posición.
Se trata de un sistema de componentes abierto que permite la adaptación y reconfiguración total a las condiciones climáticas y del entorno. Esta concepción permite también modificar la escala de la construcción, lo que potencia su versatilidad y posibilidades urbanas.
Como buen proyecto autosuficiente, su envolvente integra todo el peso del proyecto: alimentación, protección y confort. Es inexpugnable para las diferencias de temperatura, cerrándose a norte y abriéndose a sur, albergando paneles fotovoltaicos en posiciones muy intencionadas, pesé casino a esa imagen de espontaneidad y dinamismo que proyecta. El confort interior juega un papel importante, siendo el otro factor determinante en la configuración de los volúmenes desde el interior, representado en la concepción de ventilación, iluminación y protección solar.
El pabellón se montó en sólo tres semanas gracias al alto nivel de prefabricación. Tanto cerramientos, acabados, instalaciones y sistemas de energías renovables venían incorporados o eran fácilmente colocables en el sistema modular. El material principal de la construcción es la madera, por ser un material natural y que intenta simbolizar un ciclo al seguir dependiendo de la energía solar durante el ciclo de vida del edificio.
Como siempre en este tipo de proyectos, la energía producida por la construcción supera con creces su demanda energética, por lo que el excedente se desvía a una columna para posibilitar la recarga de vehículos eléctricos.
Fuentes: ecoticias | Plataforma Arquitectura