

El “Edificio Mirador” realizado por el estudio de arquitectura holandés MVRDV junto a la arquitecta madrileña Blanca Lleó, es una nueva concepción de entender la manzana tradicional de las ciudades pero colocada en vertical. Lo más significativo es su gran espacio central abierto en la planta 12. Una gran plaza comunitaria pero en altura, rodeada de 9 piezas de colores que albergan 36 tipos de viviendas diferentes y que intentan plasmar las diferentes tipologías que nos podemos encontrar habitualmente.
Con esta operación se consigue liberar el espacio de parcela, y se llegó a contemplar incluso la posibilidad de poder acceder al mirador a través de una gigantesca escalera mecánica, pero esta idea finalmente se desechó por sus dificultades técnicas y elevado coste.