

¿Supone la pandemia del Covid-19 el fin de los edificios de oficinas? Los últimos tiempos estamos presenciando una auténtica limitación de la movilidad en nuestra vida diaria. Esa limitación es principalmente debido a que debemos establecer el menor contacto posible con personas externas al núcleo familiar. Por lo tanto, los centros de trabajo masivo, las oficinas, deberán readaptar sí o sí sus espacios para evitar a toda costa los contagios entre sus trabajadores, estableciendo no solo nuevas pautas de distribución interior sino actualizando posiblemente sus instalaciones. Y a propósito de esto último, ¿Conseguiremos (al fin) que el sector de los edificios evolucione hacia unos espacios interiores saludables? ¿Es la pandemia el acelerador que necesitamos para tener centros de trabajo más saludables?
De manera indirecta, la pandemia del coronavirus ha forzado un cambio en nuestros hábitos y nuestra manera de vivir los edificios. El debate sobre las formas y lugares de trabajo está abierto y promete traer cola. Para empezar, la forma de diseño tipo oficinas abiertas y espacios de coworking podrían sufrir una transformación radical en cuanto a distribución, viéndose decrecido hasta al 50% el número de puestos de trabajo:
La adaptación a la era post-Covid no solo se queda en la redistribución flexible de los espacios de trabajo. Lo que hasta ahora parecía un tema secundario, la Calidad Ambiental Interior, parece por fin haber irrumpido con fuerza en las empresas, afortunadamente. Para garantizar un ambiente saludable las empresas deben tomar medidas a nivel de edificio:
La opción de implantación ideal en oficinas a prueba de Covid-19 sería creando espacios de trabajo de alta calidad acometiendo las pautas establecidas en la certificación Well, por ejemplo.
Estas nuevas limitaciones en cuanto a espacios saludables fueron establecidas por el Ministerio de Sanidad al principio de la pandemia. Como arquitectos, debemos aprovechar la oportunidad que se nos está brindando para, no solo quedarnos en las «acciones blandas» establecidas por el gobierno, sino para revisar el concepto de oficina, reconociendo primeramente las bajas condiciones ambientales interiores en las que algunos trabajan. Repensar los espacios para que sean más humanos, agradables con consecuencias en ganancia de la productividad.
La distribución interior y las instalaciones de las oficinas post-Covid deberán rediseñarse para garantizar la salud de los empleados. Te apuntamos como posibilidad las siguientes estrategias:
Otra complicación a añadir a la situación surge de la necesidad de adaptar un espacio de trabajo en el hogar. La reducción de los puestos de trabajo en oficina «obliga» a las empresas a coordinar a los trabajadores para que alternen los días de asistencia en oficina. El teletrabajo se ha convertido en una rutina para muchos. Los nuevos espacios laborales y herramientas post-Covid también implica ingeniárselas en casa para los días que no vamos a la oficina.
Como era de esperar, la evolución según la tendencia «natural» de teletrabajadores en 2020 en España ha superado cualquier estimación tras la declaración del estado de alarma en marzo. Según la estadística del INE, en 2020 estamos trabajando en casa nada más y nada menos que 3 millones de personas, aproximadamente un tercio de la población activa.
Como arquitectos también se abre una posibilidad de rediseñar cómo serían los espacios de trabajo en el hogar para una persona, una pareja, con niños también en casa … ¡las posibilidades son muy variadas! Y no solo eso, sino que cada vez más empresas se han fijado en que pueden contratar a los mejores talentos sin obligarlos a cambiar de domicilio, además de evitar gastos en el edificio de oficinas.