

Hablamos constantemente de cómo hacer nuestros edificios más eficientes energéticamente y cómo conseguir más con menos. Intento que no tengan cabida en este blog, pero en muchos proyectos es innegable que la eficiencia termina relegando el confort del usuario al final de la lista de prioridades. Esto es inmoral, y, como veremos ahora, contraproducente.
Hoy tocamos un tema ético y frívolo a la vez: a toda empresa le interesa exprimir al máximo el rendimiento de sus trabajadores, muchos lo hacen sin miramientos. La paradoja viene cuando, al parecer, la manera de conseguirlo es haciendo felices a sus empleados. Cuanto más sanos y sonrientes estén, más producirán. Y resulta que el papel de la arquitectura en la felicidad es decisivo.
El World GBC publicó a finales de 2014 el informe Health, wellbeing and productivity in offices: The next chapter for green building, que presenta pruebas evidentes de cómo el diseño arquitectónico influye en la salud, el bienestar y el rendimiento de los trabajadores.
Se identifican y enumeran factores como la iluminación natural, la calidad del aire y las vistas y el impacto que tienen en la satisfacción del personal y su productividad. Además, se incluye un kit de herramientas para medir estos grados de satisfacción con el edificio, con el objetivo de poder informar a las personas que toman decisiones en este aspecto. El informe hace un repaso de los costes medios de una empresa, probando que el aumento del rendimiento de sus trabajadores es el más eficaz, puesto que las nóminas representan el 90% de los gastos.
Lo que hay que saber
Nos proporcionad datos como que una mejora de la calidad de aire, mediante la reducción de contaminantes y concentración de CO2, puede mejorar la productividad entre un 8 y un 11%. Respecto al confort térmico, un rango de variación de pocos grados puede conseguir mejoras de hasta 9% en la productividad.
Los estudios que relacionan la proximidad a la ventana con una mayor satisfacción empiezan a considerar el positivo impacto de las vistas, especialmente cuando se trata de contacto con la naturaleza.
El ruido e incomodidad acústica es uno de los mayores factores de insatisfacción de los usuarios de un edificio de trabajo basado en el conocimiento.
Ha sido probado el enorme impacto de la distribución interior (densidad, configuración, espacio social y de trabajo) en la concentración, creatividad, confidencialidad y colaboración.
Por último, un diseño activo que fomente el ejercicio, albergando gimnasios, parking de bicicletas y zonas verdes pueden contribuir a fomentar hábitos de vida saludables en los usuarios.
Mide el bienestar y la productividad en tu oficina
El kit divide los indicadores en tres grupos: