

El hueco es el punto más débil de todo nuestro aislamiento pero, por suerte, es también el punto más fácil de solucionar. Solamente tenemos que cambiar las ventanas por unas adecuadas.
Desde este blog recomendamos siempre la carpintería de PVC de 3 cámaras con doble acristalamiento con lámina bajo emisiva.
Por un lado esta la carpintería de PVC, más aislante que las de madera y mucho más que las de aluminio como podemos comprobar en las tablas de la Guía de rehabilitación de edificios, editada por la Comunidad de Madrid.
Por otro lado, tenemos el acristalamiento que, aun habiendo innumerables posibilidades, recomendamos un 4/12/4 por relación calidad precio.
Como última posibilidad de mejora en nuestras ventanas existe la posibilidad de un avance técnico que es muy eficaz: las láminas adheridas a los cristales.
Las láminas de ventana tienen como finalidad la de modificar y mejorar el control solar, la seguridad, la privacidad, el aislamiento, el filtrado UV, la reducción de la intensidad y el envejecimiento de los materiales. Pueden absorber y reflectar el 80% del calor que viene del exterior, produciendo ahorros energéticos significativos en edificios con sistemas de refrigeración. También reducen las pérdidas de calor del edificio a través del vidrio.
Los beneficios propios de estas láminas son:
Además se pueden añadir elementos decorativos u opacos, según necesidades o gustos.
Por todo ello es además una colaboración frente al efecto invernadero y las emisiones de CO2. La aplicación integral en los vidrios de láminas específicas en un edificio puede llegar a suponer hasta un 10% del consumo energético total, una reducción importantísima si tenemos en cuenta la sencillez de aplicación. Esta inversión se estima además que se amortiza entre 3 y 5 años por lo que no deberíamos tener excusa para que los arquitectos empecemos a prescribirla en todas nuestros proyectos.