

La tendencia cuando se alcanza la edad de jubilación es buscar residencias más tranquilas y alejadas del bullicio de las grandes ciudades. Esta idea es la que tenían en mente dos ancianas japonesas y, que finalmente, materializó el arquitecto japonés Issei Suma. Se trata de la casa Jikka, una construcción que tiene en cuenta las necesidades de las personas mayores y con problemas de movilidad. Con una superficie de 100 m2, la casa no tiene ningún tipo de obstáculo o escaleras, además la amplitud de su espacio permite el paso de sillas de ruedas.
Una de las razones por las que más llama la atención es por su peculiar diseño en forma de tipi, la tradicional tienda india hecha con pieles de animales y palos de madera. Está ubicada en el bosque de Itous-shi, en la provincia de Shizuoka, y formada por cinco cabañas unidas entre sí, destacando la ausencia de puertas entre ellas. En cuanto a la construcción de Jikka, sus paredes son de hormigón descubierto, optando para el exterior por una piel de madera y una gran cantidad de cristaleras semicirculares que permiten el paso de la luz.
Cada una de las cabañas es un espacio de la vivienda, disponiendo de todas las estancias básicas para poder vivir: dormitorio, cocina y baño. Y, por si fuera necesario, cuentan con una habitación destinada a cuidadores o invitados. Si algo tienen en común todas ellas es su amplitud y su decoración minimalista, convirtiendo la casa en una vivienda funcional y totalmente accesible.
Además de las características comentadas anteriormente, Jikka cuenta con una puerta principal construida a ras de suelo, de manera que facilita el acceso a la vivienda de personas con escasa movilidad. Un aspecto que también se ha tenido en cuenta a la hora de diseñar el baño, ya que en vez de instalar una de las tradicionales bañeras a las que estamos acostumbrados, se ha optado por un agujero en el propio suelo al que se accede mediante una rampa. Además, se ha instalado una ducha para quienes no puedan bajar la rampa.