

Esta semana publicamos la primera parte de «LEAN Construction: Zero City Project desarrolla e integra en España la nueva filosofía de producción adaptada a la edificación». Hoy, queremos que sigáis profundizando en esta innovadora metodología de trabajo con la lectura de la segunda parte. Ambos textos han sido elaborados por Juan Felipe Pons, arquitecto técnico, profesor y consultor Lean Construction de Zero City Project, un auténtico experto en LEAN.
Otra de las claves a la hora de dinamizar la implantación de LC vino a raíz de la publicación en 2007, por parte del Instituto Americano de Arquitectos, de un documento que establecía las bases para llevar a cabo la gestión integrada del proyecto, bajo el acrónimo de IPD (Integrated Project Delivery).
IPD incorpora diferentes niveles de colaboración y modelos de contrato entre múltiples partes, que incluyen, como mínimo, a promotor, proyectista y contratista principal. Además, pueden adherirse subcontratistas principales, consultores, directores de proyecto y otras partes interesadas. Básicamente, consiste en ir hacia un tipo de con- trato relacional frente a los habituales transaccionales. Esto representa un cambio importante respecto al modelo tradicional, que requiere el establecimiento de un marco de relaciones basado en la confianza y el mayor grado de transparencia, además de una participación cada vez más temprana de todos los agentes y una búsqueda de la optimización del proyecto versus los intereses de cada empresa particular.
Los promotores/inversores que optan por IPD apuestan por nuevos criterios de selección de los agentes, no basados exclusivamente en el coste, sino en base a la capacidad técnica, confianza, predisposición a la colaboración, experiencias previas, capacidad y formación de sus trabajadores. Este modelo fomenta relaciones laborales de confianza a largo plazo, más allá de una sola obra, y obliga a los promotores y proyectistas a tener un mayor conocimiento y control de los costes de producción.
Uno de los elementos clave para el éxito del IPD es que regula contractualmente los diferentes niveles de colaboración entre las partes, las cuales especifican los niveles de riesgo/beneficio compartido que quieren alcanzar. Más allá de la legislación existente por encima del contrato, esto fomenta desde el principio una fuerte voluntad para llegar a acuerdos. Por ejemplo, en la construcción del Cathedral Hill Hospital de San Francisco –proyecto pionero en cuanto a la aplicación de los principios Lean, BIM y IPD– el arquitecto diseñador, el director de la obra, los dos contratistas principales y algunas subcontratas que se adhirieron después, colocaron el 25% de sus beneficios de honorarios fijos de pre-construcción y construcción en situación de riesgo.
El artículo 33.1 del contrato limitaba explícitamente la responsabilidad entre todos los miembros del equipo IPD integrantes del fondo de riesgo y el propietario; y res- pecto a las expectativas relacionales, el artículo 3.3 declaraba: “Las partes trabajarán conjuntamente en un espíritu de cooperación, colaboración y respeto mutuo en beneficio del proyecto”. Además, dos de las principales aseguradoras visitaron el lugar donde se llevaba a cabo el proyecto para familiarizarse con la comprensión de los procesos y así poder presentar diferentes opciones de seguro diseñadas específicamente para IPD.
En este sentido, los colegios profesionales en España pueden ser catalizadores de este tipo de iniciativas, las cuales, además de beneficiar a usuarios y consumidores, también beneficiarían a las compañías de seguro debido a la reducción del riesgo, lo que acabaría repercutiendo en el coste de los seguros y en el coste final del proyecto. En la licitación privada, la buena voluntad entre las partes y la involucración del promotor/inversor puede acelerar la implementación de LC. Sin embargo, en las licitaciones públicas, está claro que, a nivel legislativo, deben hacerse cambios para adaptarse a esta nueva realidad. La Ley de Contrataciones del Estado y el sistema actual de licitaciones en España no favorece ni fomenta las iniciativas para la implementación de todo lo que está llegando desde Eu- ropa, y la LOE se ha convertido en una herramienta legislativa más bien para la búsqueda de culpables, que queda muy lejos del pensamiento Lean de búsqueda de acuerdos y reparto proporcional de la responsabilidad en función del riesgo/beneficio real al que está expuesto cada parte.
Building Information Modelling (BIM) y Lean Construction han surgido como dos iniciativas distintas, con intereses distintos, para mejorar la construcción. En los últimos 10 años ambos han empezado a difundirse en la práctica avanzada, con velocidad acelerada. Sin embargo, recientemente se ha fortalecido la visión –entre los profesionales pioneros y los académicos– de que estas dos iniciativas tienen una considerable sinergia mutua y que es muy ventajoso ponerlas en práctica de manera conjunta.
A partir de 2016, los 28 estados miembros de la Unión Europea pueden fomentar, especificar o exigir el uso de BIM en los proyectos de edificación financiados con fondos públicos, con el objetivo de modernizar la contratación, hacerla más transparente, eficiente, económica y sostenible. Esto hay que verlo como una oportunidad. Lean Construction es una filosofía; BIM y IPD ayudan a implantar esta filosofía. Si queremos aprovechar las ventajas de BIM tendremos que trabajar bajo un sistema Lean Construction y apoyarnos en IPD.
El papel del Arquitecto Técnico como agente coordinador e integrador en la fase de proyecto –regulado ya como una tipología de encargo profesional, pero en la práctica poco utilizado– recobra, con esta idea de BIM + Lean Construction, ahora más valor que nunca.
En España, la situación de LC es paradójica y su penetración no se corresponde con el enorme protagonismo que representa la construcción en el PIB –históricamente alrededor del 10%– ni con el puesto 32 de 138 países que España ocupa en el ranking mundial de productividad, según el último informe del Foro Económico Internacional. El momento en el que se encuentra la construcción no ayuda, pero el riesgo de quedarse descolgado es peor y la situación podría ser irreversible dentro de unos años si no se empieza a actuar ya. A nivel internacional, la participación española en los foros, congresos y centros de investigación en LC es prácticamente nula.
En 2010 se creó el Spanish Group for Lean Construction, que funciona, sobre todo a nivel académico, desde la Universidad Politécnica de Valencia, y desde 2014 ha habido diversas iniciativas que han contribuido a la difusión de LC, impulsadas desde instituciones como la Fundación Laboral de la Construcción de Navarra, la Confederación de Empresarios de Navarra, el Instituto Tecnológico de la Construcción de Catalunya o Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid y está creciendo el número de instituciones y empresas que apuestan por esta filosofía de trabajo. Por tanto, podemos decir que LC está ganando impulso en España.
La Arquitectura no puede perder esta oportunidad histórica de subirse al tren del cambio en la gestión en la construcción en el que ahora estamos inmersos y en plena transición. Lean Construction no es algo obligatorio, es algo que funciona. Ahora que se difuminan las profesiones y competencias en arquitectura e ingeniería, es momento de posicionarse como profesión de alto valor añadido liderando la implantación de Lean Construction en España.
Artículo escrito por: Juan Felipe Pons Achell (Arquitecto Técnico, profesor y consultor Lean Construction de Zero City Project).
Sigue a Juan Felipe Pons en @JuanFelipePons
Para más información entra aquí: www.fundacionlaboral.org/documento/introduccion- al-lean-construction