

Shigeru Ban se caracteriza por un sin fin de particularidades que lo diferencian de muchos otros arquitectos de la constelación; sin embargo, puede que su respuesta inmediata a la llamada tras las catástrofes sea la más interesante, y el recurso del papel, la segunda.
En este caso, fue un terremoto en febrero de 2011 el que azotó a la ciudad de Christchurch, en Nueva Zelanda. Con este nombre,era de esperar que no quisieran pasar sin su catedral, muy dañada por la catástrofe y recurrieran a Ban para la construcción de un espacio temporal que permitiera continuar con el funcionamiento de la iglesia.
La respuesta fue rápida y satisfactoria: una Catedral de Cartón de más de 20 metros de altura y capacidad para 700 personas, pensada también para albergar conciertos y eventos.
La estructura es sencilla, a base de contenedores de 6 metros y tubos de papel de la misma longitud. Éstos últimos fueron tratados para resistir al agua y retardar la llama, práctica en la que el arquitecto es un experto, pues viene trabajando con estructuras de papel desde los 80.
La cimentación es una losa profunda de hormigón sobre la que apoyan 8 contenedores,4 a cada lado, para formar los muros que soportan las dos aguas de la cubierta de 96 tubos de cartón. Éstos van reforzados por dentro con vigas de madera local laminada.
Las ranuras entre los tubos y la vidriera frontal dotan al espacio de un ambiente singular, íntimo y acogedor que cumple sin lugar a dudas con las expectativas. Ni qué decir tiene que materiales y técnicas no pueden ser más sostenibles.
El diseño ha conseguido enamorar al barrio; tanto es así, que pese a que, en principio, el edificio era provisional (unos 10 años), hasta que se pudiera recuperar la antigua gótica catedral del siglo XIX, se espera que la Catedral de Cartón se pueda quedar. El arquitecto no está menos ilusionado con la idea y declara que: «incluso un edificio de cartón puede ser permanente si entusiasma a la gente».
Fuente: archrecord