

La pandemia del coronavirus ha evidenciado las carencias de la vida en las grandes ciudades en la actualidad. Vivimos en urbes con un gran número de infraestructuras y servicios, pero como ciudadanos no nos damos cuenta de que muchas de nuestras necesidades básicas no están cubiertas en nuestro barrio. El urbanismo basado en la Ciudad de los 15 Minutos llega como un Big-Bang con la intención de transformar la forma que vivimos la ciudad.
Índice
Ha hecho falta pasar una crisis sanitaria para darnos cuenta de que poder hacer vida cerca (o dentro) de casa es un verdadero lujo al que no estábamos acostumbrados. Nos hemos dado cuenta de que la proximidad es un nuevo valor urbano.
A pesar de que el teletrabajo y la flexibilidad de las horas laborales han facilitado bastante la vida en general, los desplazamientos a la oficina siguen colmando las entradas y salidas de la ciudad en las horas punta. Por lo que tiene como consecuencia pérdida de nuestro preciado tiempo al volante y también emisión de gases de efecto invernadero. Además, el trabajo en casa puede que no sea tampoco la mejor opción si se tienen niños, por ejemplo. Para ello es necesario repensar las infraestructuras existentes para generar nuevos espacios adaptados a las necesidades de los ciudadanos.
De esta cuestión y de otras más se dieron cuenta ya desde mitad del pasado siglo XX urbanistas, sociólogos y científicos. Una ciudad basada en distribuir de forma óptima el tráfico rodado de paso ya no tiene cabida en el urbanismo del siglo XXI: el urbanismo de proximidad es una muy buena solución.
Para ello, es necesario reducir la excesiva movilidad y potenciar los desplazamientos de corto alcance a pie, es decir, tener todas nuestras necesidades a mano sin tener que salir del barrio. El urbanismo de proximidad estudia el espacio-tiempo de nuestras actividades cotidianas básicas facilitando su acceso.
La configuración de la ciudad de proximidad debe cubrir en la proximidad (máximo 15 minutos a pie) las seis funciones básicas urbanas necesarias para el desarrollo de una vida de calidad para todos sus habitantes:
La ciudad de los 15 minutos no es un invento nuevo del siglo 21. Este modelo urbanístico lleva años en mente de los teóricos del urbanismo como Jane Jacobs. La ciudad de la proximidad se basa en tres conceptos prácticos:
Este modelo urbano no pretende reemplazar las infraestructuras urbanas existentes por otras más tecnológicas, sino transformar de raíz la forma de vivir en la ciudad:
A nivel práctico y tras escuchar las voces que reclaman un urbanismo más humano, nos preguntamos ¿Cuánto tiene de utopía la ciudad de los 15 minutos? Lo primero que debemos tener en cuenta es que este modelo está pensado para ciudades compactas con alta densidad de población.
En realidad esta solución es relativamente bastante sencilla y depende totalmente de la administración local: los ayuntamientos. La ventaja es que no es necesario hacer grandes inversiones en nuevas infraestructuras ni edificios, sino en repensar los espacios ya existentes fomentando un mayor uso por parte del ciudadano. Por ejemplo: abrir las escuelas fuera de horario lectivo para otro tipo de actividades comunitarias, fomentar la creación de huertos urbanos y espacios de reunión social, etc. Consiste básicamente en redistribuir los usos en las infraestructuras ya existentes.
El resultado de las actuaciones da como resultado ciudades policéntricas con barrios relativamente autosuficientes y una vida sin necesidad de escapar de la ciudad para disfrutar del fin de semana, por ejemplo ;-). La ciudad del cuarto de hora es un lugar con muchos usos.
El urbanismo de proximidad está muy relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y contra el cambio climático en las ciudades. De hecho, el C40, una alianza creada entre 40 ciudades a nivel mundial, está cambiando ya activamente su gestión hacia modelos como el de los 15 minutos.
Entre el C40 encontramos ciudades como Milán, Nantes, Boston, Nueva Orleans, Detroit, Edimburgo y Ottawa. En España tenemos ciudades como Barcelona, Vitoria, Pontevedra y San Sebastián, que ya han iniciado peatonalizaciones masivas.
La ciudad de los 15 minutos ha empezado a hacerse popular principalmente por su repercusión en la ciudad de París. Su actual alcaldesa, Anne Hidalgo, incorporó en su programa electoral de 2020 la transformación de la ciudad hacia el urbanismo de proximidad, totalmente convencida del concepto difundido por Carlos Moreno, profesor de la Universidad parisina de Sorbone.
A partir del 2020, los barrios de París están transformándose paulatinamente hacia una vida urbana más humana y menos dependiente del coche. Tal está siendo el cambio que solamente el 35% de los parisinos tienen coche privado en la actualidad. A su vez, se están favoreciendo medios de transporte alternativos: car-sharing, transporte público y, por supuesto, caminar e ir en bicicleta. Estas últimas salen muy beneficiadas con nuevos carriles bici más amplios y seguros. Además se están poniendo en marcha las siguientes acciones: