

El consumo necesario para refrigerar un espacio equivale al triple del que hace falta para calefactarlo. La producción de frío de manera más eficiente es uno de los retos de este siglo en el que se van haciendo grandes avances por la importancia que tiene en la industria.
Paralelamente a este desarrollo de investigación de tecnología punta, aparecen ideas tan eficaces como sencillas como el Eco Cooler, un sistema de aire acondicionado que no tiene demanda energética, que puede ser fácilmente fabricado por cualquiera y con material reciclado.
El producto puede bajar la temperatura de una habitación entre 5 y 10 grados centígrados, simplemente a través de un principio físico básico. Consiste en un panel agujereado con botellas de plástico que debe ser colocado en una apertura al exterior, como una ventana. Cuanto mayores sean las botellas, más se notará el efecto.
EcoCooler tiene su origen en Bangladesh, un país con un alto nivel de pobreza donde el calor es asfixiante durante gran parte del año. Ashis Paul desarrolló el diseño y contactó con varias empresas para distribuirlo por todo el país, sin ningún ánimo de lucro, y ahora se ha compartido el patrón para que cualquiera pueda hacerse el suyo propio.
El origen de este invento es del estilo del de Newton con la manzana. El creador se fijó en cómo la temperatura del aire que sale de la boca al soplar cambia con la apertura de los labios. Si colocas la palma de la mano a unos 15 cm de tu boca y dejas escapar una bocanada de aire primero con la boca abierta y luego con los labios cerrados, notarás cómo en el segundo caso, el aire está más fresco. Es una cuestión de la diferencia de presión.
Como ocurre con PassivHaus, se pueden conseguir ahorros muy grandes con la aplicación de principios de la física sencillos. Es sabido que las estrategias pasivas son la base todo buen proyecto de bajo consumo energético, y ésta aborda el problema con un enfoque diferente.
Para construirlo necesitarás:
Echa un vistazo a este vídeo en español para ver cómo se construye.