

Cada vez surgen más iniciativas y proyectos cuyo objetivo es habitar lugares lejanos como la Luna o Marte. Sin embargo, no sólo se necesitan voluntarios que estén dispuestos a dejar su vida terrestre y mudarse a otro planeta, sino también construcciones habitables y adaptadas a las condiciones de cada lugar. Con este objetivo surgió el concurso Moontopia Collection, en el que diferentes arquitectos plantearon propuestas para la construcción de la que sería la primera villa lunar.
El diseño de este proyecto poco tiene que ver con las edificaciones a las que suele enfrentarse un arquitecto, ya que el terreno, el clima, e incluso la gravedad, son diferentes. Todo esto hace que el reto del concurso pase por encontrar una solución funcional, sostenible y eficiente, que permita la habitabilidad y el sustento energético.
Pese a que ganar este concurso no implicaba que fuese a llevarse a cabo, hablar de él y ver cómo está planteado nos ayuda a conocer las líneas en las que se mueve la NASA de cara a habitar la Luna. El proyecto ganador fue Test Lab, siendo Monika Lipinska, Laura Nadie Oliver e Inci Lize Ogun, los arquitectos al frente.
La idea principal de este proyecto es ir colonizando la Luna en diferentes fases, creando un edificio tras otro mediante un método de auto-ensamblaje impreso en 3D. Cada edificio estaría formado por diversas capas, una manera de proteger el interior formado por las habitaciones, el invernadero o los laboratorios. Entre las habitaciones y la membrana externa habría un vacío que también actuaría como protector entre el espacio habitable y el inhabitable.
La clave de Test Lab reside en la membrana externa, hecha de fibra de carbono programada y capaz de producir agua y oxígeno. Según explican en la web del concurso, “los vientos solares en la superficie de la luna contienen átomos de hidrógeno que pueden ser capturados y almacenados y convertidos en átomos de oxígeno útiles, ayudando a mantener la vida en el asentamiento”. Además, se trata de una estructura que reacciona al viento solar y se adapta a las diferentes presiones.
A la hora de habitar la Luna no solo se necesita un diseño y una estructura idónea, sino también la manera de poder edificarla. Con el objetivo de hacer frente a este reto, México se prepara para enviar una serie de ocho robots autónomos e inteligentes capaces de montar estructuras sobre la superficie lunar. El proyecto, que tiene previsto llevarse a cabo en 2019, está impulsado por el Laboratorio de Instrumentación Espacial de la UNAM.
En esta misma línea, Google lanzó hace diez años el concurso Google Lunar X, dotado con 20 millones de dólares y finalmente cancelado. Aún así, uno de los proyectos que optaban al premio está dando bastante que hablar y sus creadores han continuado mejorándolo. Se trata del robot ideado por iSpace, cuyo peso es de poco más de 3 kilos e incluye 4 cámaras con las que ofrecer una visión de 360 grados.
¿Qué deparará el futuro? ¿Conseguiremos habitar la luna?