

Es algo sabido que la refrigeración edificatoria consume el triple que el calentamiento. En EEUU concretamente, un 15% de la electricidad consumida corresponde a la refrigeración de las construcciones.
Un equipo de investigación de la Universidad de Stanford ha encontrado lo que podría ser la solución al problema del sobrecalentamiento de edificios y vehículos. En la línea de las cubiertas frías y pinturas reflectantes para azoteas, proponen un material que, a su vez, emitiría el calor interior al exterior. La genialidad del invento está en que han conseguido salvar la incongruencia de un elemento que disipa calor aún mientras recibe radiación solar.
De momento, se ha probado que el sistema es capaz de reducir la temperatura interior en 4,9 grados por debajo de la temperatura de ambiente, incluso con el panel expuesto a radiación solar. Todo ello sin aporte de refrigeración ni impacto medioambiental.
«El enfriamiento radiante fotónico hace de la refrigeración fuera de la red una posibilidad para las regiones rurales, además de ayudar a la disparada demanda de aire acondicionado en las zonas urbanas» comenta el autor principal del artículo Aaswath Raman.
“Piensa en ello como si fuera una ventana al espacio”, dice uno de los autores. “Hemos creado algo que es un radiador pero que también resulta ser un excelente espejo”, añade Raman. El equipo de investigadores ve el espacio como un suministrador de frío de la misma manera que todos vemos el Sol como un suministrador de calor, aunque el proceso sea al contrario (no traemos el frío de allí, sino que volcamos en él nuestro calor).
Tenemos así un sistema de refrigeración pasivo, cosa que, hasta ahora, era impensable y con una idea de extrema sencillez. Si esto sale bien, las envolventes de las casas pasivas están a punto de integrar un nuevo elemento. Al igual que ocurre con la retención de calor, esta estrategia combinada con sistemas de captación de radiación pueden ser los nuevos indispensables de toda cubierta.
Dos retos para hacer realidad
En un nivel más arquitectónico, hay que estudiar cómo transportar el calor interior de todo el edificio a la cubierta para posibilitar la irradiación, sin perderlo por el camino.
Por otro lado, la fabricación en grandes dimensiones, ya que el prototipo es un retal de unos 30 cm de lado.
Fuentes: Nature | abc | voz pópuli