

Hace millones de años el ser humano vivía completamente integrado en la naturaleza, pero la industrialización, el crecimiento de la población y el desarrollo de técnicas de edificación ha hecho que cada vez sean menos las zonas verdes del planeta. Una situación que choca directamente con la esencia del ser humano, ya que este necesita estar en contacto con estos espacios. Esta mezcla de escasez y necesidad hizo que el profesor de arquitectura Tim Beatley, en Estados Unidos, promoviese un movimiento de ciudades biofílicas.
El principal objetivo de estas ciudades es conseguir la integración perfecta de la naturaleza en el diseño urbano, es decir, conseguir ciudades que su construcción no suponga la destrucción de la naturaleza. A la hora de conseguirlo es importante aprovechar los recursos naturales y hacer uso del aire, la luz solar, etc. además de optar por materiales naturales o no dañinos con el medio ambiente.
Para ser considerada una ciudad biofílica hay que cumplir algunos requisitos como que la mayoría de la población tenga acceso a espacios verdes en una distancia menor a 10 minutos andando, que a nivel gubernamental se tomen medidas para preservar los espacios naturales o que las diferentes viviendas incluyan espacios verdes, entre otros.
Según el mapa de Biophilic Cities, en el mundo hay 15 ciudades biofílicas. Una cantidad pequeña pero que cada vez cobra una mayor relevancia, ya que construir ciudades bajo estos requisitos ayuda notablemente a luchar contra el cambio climático. Aunque la mayoría se encuentran en Estados Unidos, España es uno de los únicos dos países de la Unión Europea que cuentan con una ciudad biofílica.
Se trata de Vitoria, que de hecho fue nombrada Capital Verde Europea en 2012. La ciudad vasca es una de las que mayor proporción de áreas verdes tiene por habitante, destacando por el anillo verde que rodea toda la ciudad y en el que se puede acceder a diferentes rutas completamente integradas en la naturaleza.
Estas son sus características principales:
«Este premio es el equivalente a un ecoNobel y compromete a Vitoria-Gasteiz a enseñar a Europa la ciudad, compartir ideas y modelar las ciudades del futuro»
– Javier Maroto, alcalde-