

Casi todas las intervenciones que buscan aumentar la sostenibilidad y la calidad de vida en grandes ciudades consisten en peatonalizar vías o zonas completas. Esta solución es tan sencilla que hasta Nueva York está pensando en copiarla.
Salvador Rueda, de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, es el autor de esta idea ha seleccionado nueve manzanas de las tradicionales del Plan de Cerdá y las ha aglutinado como si fueran una única manzana gigante: el tráfico rodado no está permitido en ese recinto, aunque sí están accesibles los aparcamientos subterráneos desde el perímetro a través de un carril de un sentido que permite cruzar de lado a lado.
El espacio que antes estaba irremediablemente dominado por el coche es ahora un lienzo en blanco para albergar equipamientos y espacios públicos al aire libre (gimnasios, parques, terrazas, juegos) que cambian la vida diaria radicalmente.
Los seis objetivos de este proyecto son: una movilidad más sostenible (carril bici y autobuses), revitalización de los espacios públicos, promoción de la biodiversidad y los espacios verdes, mejora de la cohesión social, promoción de la autosuficiencia en el uso de recursos e integración en los procesos de gobernanza.
Este vídeo de Vox hace un buen análisis:
La primera supermanzana comenzó a funcionar el mes pasado y de momento hay escepticismo y algunas quejas por la reducción de plazas de aparcamiento. Cuando se cubra el espacio ganado al automóvil con las actividades previstas veremos si ha merecido la pena.
Rueda estima que esto se podría repetir en todo el ensanche por unos 20 millones de euros. Se probará primero en 5 barrios de la ciudad, y se extenderá a las 120 localizaciones que ya han identificado como favorables para la actuación. Tiene también planeadas otras medidas para fases posteriores como prohibir el aparcamiento en la calle y limitar la velocidad en vías urbanas a 10 kilómetros por hora.
Fuente imágenes: Vox