

Situada en un barrio tranquilo al norte de la ciudad de Darmstadt (Alemania), este edificio de 4 viviendas en hilera puede que no provoque demasiado interés arquitectónico, pero supone el origen de otros muchos más edificios que sí lo despiertan. La primera Passivhaus del mundo surgió de un gran interés por hacer edificios confortables y saludables para sus ocupantes, y que a la vez tuvieran un mínimo consumo energético. Ya alcanzando su «madurez», te contamos si el edificio necesita o no alguna reparación tras 30 años siendo habitado.
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La visita a la primera Passivhaus de Darmstadt produce cierta sorpresa. Por un lado, es un edificio que no destaca del resto del entorno: se encuentra al final de una calle con edificios residenciales de forma parecida y rodeada de vegetación. Pero por otro lado, tienes oportunidad de apreciar el paso del tiempo en una casa pasiva. Y la verdad es que ¡Se conserva perfectamente!
El primer Passivhaus fue el fruto de las conclusiones a las que llegó un grupo de investigadores y fue financiado por el estado federado de Hesse, donde se encuentra la ciudad de Darmstadt. El proyecto, que fue concebido como un edificio piloto, fue diseñado por los arquitectos Bott, Ridder y Westermeyer. Tras monitorizar y ensayar con proyectos anteriores, el equipo de investigadores y los arquitectos decidieron aplicar tanto sistemas innovadores como técnicas tradicionales de casa solar pasiva:
Finalmente, el edificio fue construido y lleva siendo monitorizado desde la fecha. Con ello el concepto quedó claramente constatado, confirmando que este sencillo edificio gastaba un 90% menos en calefacción que los edificios nuevos por aquel entonces. A partir de esa fecha muchos otros arquitectos han tomado como principal referente este primer Passivhaus, habiendo ahora decenas de miles de edificios certificados repartidos por todo el mundo.
Precisamente este primer Passivhaus es interesante porque podemos ver el estándar en «estado puro». Es decir, nos encontramos ante el caso más didáctico e ideal a la hora de aprender el estándar, ya que se ven aplicados con total claridad las estrategias para conseguir una casa pasiva:
La cubierta de madera está aislada con 44.5 cm de lana mineral insuflada, más el acabado ajardinado. Hermeticidad interior con lámina de PE. U = 0,1 W/m2K
Los muros de fachada están compuestos por una hoja de bloque silicona-calcáreo aislado por el exterior con sistema SATE. 27.5 cm de EPS. Hermeticidad interior con yeso. U = 0,14 W/m2K
El puente térmico del sótano fue especialmente mimado. En el detalle se puede ver la continuidad del aislamiento térmico de techo de sótano, aislado con 25 cm de Poliestireno y el encuentro con el muro de fachada resuelto con bloques de hormigón celular y extendiendo el aislamiento de fachada. Hermeticidad con el propio forjado. U = 0,13 W/m2K
Otros datos generales y prestaciones del primer Passivhaus (en el momento del edificio construido):
Como no existían sistemas comerciales de carpinterías super eficientes que llegasen a cumplir con los requisitos del estándar, tuvo que diseñarse un sistema de carpinterías exclusivo. Había otro problema, y es que tampoco existían intercalarios de plástico, sino únicamente de Aluminio. ¿Qué quiere decir esto? Que existían puentes térmicos perimetrales en las hojas de las carpinterías. Para aumentar las prestaciones de las carpinterías se tuvo que:
Y, por último y no menos importante, por primera vez en el mundo de la construcción, se colocaron las carpinterías en linea con el aislamiento térmico, y no en el interior, como se venía haciendo.
La mejor prueba de que algo funciona es con hechos. La mejor prueba de que el estándar Passivhaus funciona es que, tras 30 años, no se han necesitado obras de conservación.
Al estar monitorizada, la casa arroja datos continuos sobre consumos. Estos son los resultados en cuanto a:
Podemos asegurar que el edificio se comporta térmicamente incluso mejor de lo esperado (11 kWh/(m2a), con consumos medios de 8.4 kWh/(m2a) (mira la gráfica más abajo).
El SATE se encuentra en perfectas condiciones, no habiendo necesitado ninguna reparación o sustitución hasta ahora, incluso en condiciones climáticas adversas como Alemania. Hace 5 años se extrajo una muestra para comprobar las prestaciones. El sistema y los materiales siguen funcionando como el primer día.
Las ventanas parece que perdieron algo de gas Argón por el camino, pero menos del 0.25%.
La hermeticidad sigue prácticamente intacta, pese a lo «experimental» de las técnicas utilizadas para ello. Se volvió a hace un test blower door el 12 de febrero de 2016 y solamente se detectaron algunos fallos en el sellado perimetral de los huecos. Aún así, la diferencia se incrementó de las 0,21 renovaciones/hora a las 0,26 (en 25 años!!!).
También en 2016 se hizo una inspección termográfica y, habiendo revisado el total del edificio, incluso en las zonas difíciles como los encuentros de cubierta con muros de fachada, se pudo constatar el confort.
Gracias a los filtros con los que cuentan las 4 unidades de ventilación con recuperación del calor (1 por vivienda), se comprobó que, tras todo este tiempo, los conductos (de acero galvanizado) no precisan ninguna limpieza ni han desarrollado mohos en el interior. El contar con buenos filtros y cambiarlos regularmente asegura la calidad del aire interior. Es más, haciendo una prueba desconectando el sistema de ventilación, arrojó un nivel de Radón de 65 (± 10) Bq/m3, frente a los 43 (± 10) Bq/m3 con el sistema encendido.
Las unidades de ventilación preexistentes tienen ahora mismo una eficiencia del 82%.
Si has llegado hasta aquí es que te interesa el estándar Passivhaus ;-). Por ello te decimos que todavía estás a tiempo de comprar un pase para la 12 Conferencia Española Passivhaus: