

Esta vivienda fue la primera pasiva de la Costa del Sol. En un enclave espectacular, se excava en la montaña quedando semienterrada por un lado.
La vivienda cuenta con 400 m² repartidos en varias plantas, una envolvente muy aislante y hermética y un sistema de ventilación mecánica que garantiza la calidad del aire y la distribución uniforme de la temperatura. Para mejorar el confort en verano, las persianas están domotizadas y se ha previsto la ventilación nocturna a través de huecos practicables en la parte superior.
Todos los sistemas de la casa funcionan con energía eléctrica. La climatización se consigue a través de suelo radiante alimentado por una bomba de aerotermia, al igual que el ACS, en cuyo caso se complementa con los paneles solares térmicos situados en la cubierta. El aire se trata antes de entrar en el circuito gracias a un intercambiador geotérmico.
Este año se ha colocado una instalación de captación fotovoltaica de 23 paneles, con 6 kW, que es capaz de cubrir sobradamente la demanda de la vivienda. Dada la normativa actual en España, los arquitectos calculan que la factura se reducirá a la mitad. Si, como en otro países, se pudiera vender el excedente de energía a la red, la amortización se haría en 6 o 7 años.
Las transmitancias de la envolvente son muy bajas, consiguiendo los siguientes valores en PHPP: