

En los últimos años cada vez suena con más fuerza el concepto Passivhaus, aunque lo cierto es que todavía existe mucho desconocimiento entre la sociedad ajena al sector de la construcción. Se sabe que la construcción está cambiando, pero porque prácticamente no hay sector que no se haya visto afectado por la evolución tecnológica. La pregunta es, ¿se sabe en qué está cambiando la construcción?
El consumidor de a pie ya rehabilita edificios y adquiere viviendas pensando en cómo mejorar su eficiencia energética. Es consciente de que el nivel de aislamiento y hermeticidad conseguido por un edificio influirá directamente en sus facturas mensuales y confort, y sabe que el tipo de material empleado tiene mucho que ver en esto. A partir de aquí es cuando empezamos a hablar de casas pasivas (que no es lo mismo que Passivhaus), construcciones con un consumo energético muy bajo.
La tendencia hacia este tipo de construcciones ha hecho que surjan certificaciones como Passivhaus, VERDE, LEED, etc. Nosotros vamos a hablar de Passivhaus, un estándar de eficiencia energética que establece unos parámetros concretos para poder obtener la certificación oficial. ¿Es Passivhaus una certificación duradera en el tiempo o solo una moda pasajera? El cambio climático y la actual preocupación por el medio ambiente puede hacer pensar que se trata de una estrategia de marketing, una forma de vender eficiencia ante quienes demandan una construcción más sostenible. Desde Reto KÖMMERLING demostramos que no es así.
La necesidad de modificar nuestros hábitos de consumo, establecer más políticas ecológicas o modificar la forma de construir, no es algo pasajero, son acciones necesarias para ralentizar y frenar el cambio medioambiental. Acciones que ya se están llevando a cabo a través de las últimas normativas europeas de eficiencia energética, y es que, si a finales de 2018 ha entrado en vigor la ley que exige que todos los edificios públicos de nueva construcción deban ser EECN, en 2021 deberán serlo todas las nuevas obras.
Por todas estas razones podemos afirmar que Passivhaus ha llegado para quedarse, siendo el estándar que está transformando nuestra manera de construir. Es un tipo de construcción real, que no vende humo, y que tiene consecuencias directas sobre el ahorro energético y el uso responsable de los recursos naturales. Hoy en día, optar por un proyecto Passivhaus frente a uno convencional tiene como resultado:
En resumen, podríamos decir que las construcciones Passivhaus son beneficios para el medio ambiente, para nuestro bolsillo y para nuestra salud. ¿Cómo algo así podría ser pasajero?
El objetivo de este estándar es mejorar la eficiencia energética de una construcción, y para ello se basa en cinco principios:
Para obtener la certificación hay que cumplir con una demanda energética mínima, y según estos valores obtendremos uno de los tres niveles de certificación:
Cumpliendo con todos estos requisitos previos, la poca energía suplementaria que pueden llegar a necesitar tu proyecto se puede cubrir con energías renovables. Si quieres arquitecto o técnico y estas interesado en la arquitectura de calidad, la eficiencia energética, las sostenibilidad y las nuevas tecnologías no te pierdas nuestro Plan de Formación dentro de la Escuela del Reto KÖMMERLING.