

Las jornadas laborables se han transformado pasando a conquistar una mayor parte de nuestro día y el trabajo a estar más presente en nuestros pensamientos. Por supuesto, esto ha repercutido enormemente en la salud y, últimamente, en el diseño de los espacios de trabajo.
Existen enfermedades reales asociadas al sedentarismo y las largas horas que se pasan en posturas encogidas y de frente a una pantalla de ordenador.
Veíamos en La Vela cómo las oficinas han pasado a ser espacios diáfanos, nutridos con puntos de acceso a electricidad y red por doquier y sistemas inalámbricos y móviles para permitir un formato de producción más distendido, versátil y también extenso en el tiempo.
A raíz de esto se han integrado todo tipo de servicios en la oficina, y el gimnasio es de los primeros en llegar. Por ello, los diseñadores de muebles se han adelantado sacando opciones como éstas:
Joe Sardo y Federico Bruni tienen estos diseños de escritorios muy dinámicos: uno es una cinta de correr, el otro, una bicicleta. ¿Y si con la energía del corredor se alimentara el flexo de electricidad?
Otra opción es esta LeanChair, en la que no estás ni de pie ni sentado, pero sólo aprovechando lass ventajas de cada una de estas posturas.
Zami Smart es una herramienta que busca mejorar tu postura, fortalecer tu tronco corporal e informarte en tiempo real de qué tienes que cambiar para adoptar una buena posición. El taburete tiene una morfología que ya incita una cierta postura, pero, además, está equipado con una serie de componentes electrónicos que permiten saber cómo estás sentado y qué tienes que modificar. Más información aquí.
No Sweat! va más a la doble funcionalidad, con una serie de piezas de mobiliario eclécticas que puedes usarse para ambas cosas: trabajar y ejercitar los músculos.