

El 15 de abril de 2019 quedará en la memoria del mundo entero, y sobre todo en la del país galo, que vio cómo uno de sus buques insignia, la Catedral de Notre Dame, era devorada por las llamas. En las más de 12 horas que duró su extinción, se recaudaron más de 1.000 millones de euros para su posterior reconstrucción.
Vista la conmoción mundial por esta obra arquitectónica de más de 800 años de historia, la plataforma GoArchitect decidió promover un concurso mundial para su reconstrucción. El resultado ha sido la recepción de cerca de 300 posibles proyectos de casi 60 países diferentes.
Tras el éxito de convocatoria, la plataforma de arquitectura ha seleccionado 50 ideas, que son las que se presentarán ante el Gobierno francés para que evalúe si alguna de ellas es de su interés. Entre los proyectos finalistas se encuentra la idea del español Fran Canós, que apuesta por incorporar las últimas tecnologías a la tradición.
Lo que probablemente no sabía Fran Canós, es que el proyecto que esbozó días después del incendio de Notre Dame, acabaría siendo una de las 50 propuestas más valoradas. A sus 30 años, la idea de este ingeniero de diseño industrial de Nules (Castellón), se ha convertido en una de las más elogiadas, siendo señalada como una de las 10 mejores por el diario inglés The Independent.
Pese a que grandes estudios de arquitectura han lanzado propuestas innovadoras y marcadas por la modernidad, en Fran Canós Studio no han querido romper con la estética de la catedral parisina. Conscientes del valor histórico, el estudio español ha querido respetar al máximo la construcción original.
El objetivo del proyecto es realizar una reconstrucción basada en replicar la idea original de Notre Dame, pero incorporando la tecnología actual. Una mezcla entre siglo XII y siglo XXI. Por ello, el diseño de Fran Canós plantea mantener la cubierta y la aguja como estaban antes del incendio, pero añadiendo desde cada contrafuerte un trenzado de piedra que genera una cruz románica en cada cruce.
A la espera de ver qué decide el gobierno francés, lo que sí es seguro es que lo que empezó como un reto personal para este ingeniero español, podría llegar a convertirse en la nueva imagen de Notre Dame.