

La investigación es importante en todos los sectores, también en la construcción. Descubrir nuevos materiales o mejorar aquellos que tienen un gran protagonismo en el día a día permitirá obtener espacios más duraderos, eficientes y con menos necesidades de mantenimiento. El descubrimiento de un hormigón que auto repara sus grietas o plásticos que se regeneran, marcará las construcciones del futuro.
El objetivo es obtener cada vez materiales más eficientes, con comportamientos similares a la piel humana, que se regenera tras sufrir una herida. A la larga las ventajas de este tipo de soluciones constructivas están relacionadas con las necesidades de rehabilitación de una vivienda (serían menores), o la salud de los edificios (se evitarían filtraciones indeseadas). Además, estos materiales también son útiles para otros sectores, no solo para la construcción.
Han pasado algunos años desde que este invento vio la luz, recibiendo en 2015 el premio al mejor invento europeo. Desarrollado por la Universidad Técnica de Delft (Holanda), se trata de un hormigón “vivo” capaz de regenerarse. ¿Cómo? Mediante la ayuda de bacterias. La llamada Bacillus Pseudofirmus, que puede mantenerse con vida hasta en los cráteres de volcanes activos. Para conseguir el bio-hormigón se mezcla la composición tradicional del hormigón con cepas de esta bacteria y lactato de calcio (alimento para las bacterias).
Cuando se produce una grieta en un edificio, esta se regenera en un plazo de unas tres semanas. El agua y la humedad que entraría por esa grieta es lo que activa a la bacteria, que tras alimentarse del lactato de calcio produce piedra caliza, sellando así las fisuras.
Son varias las universidades y equipos de investigación que han desarrollado plásticos capaces de repararse, incluso algunos de estos descubrimientos provienen de laboratorios españoles. Cidetec, en San Sebastián; o la Universidad de Alicante, son pioneras en la creación de plásticos que una vez rotos vuelven a sellarse, recuperando sus características.
Este tipo de plásticos han sido muy bien recibidos en el sector de la telefonía móvil, ya que con estos materiales se podría decir adiós a las pantallas rotas. El pasado año, en la Universidad de California presentaron un material plástico capaz de regenerarse por sí solo en 24 horas. Su secreto se basa en el uso de iones dipolo, que se atraen entre sí cuando el material sufre una rotura.