

De vuelta en casa tras la ajetreada semana pasada, he tenido tiempo de ordenar brevemente las ideas recogidas en el esperado Congreso de Edificación Sostenible WSB14. La asistencia fue de lo más satisfactoria alcanzando los 2300 congresistas a lo largo de los tres días. Empresas, profesionales, investigadores, técnicos, representantes de la Administración y expertos en eficiencia energética y sostenibilidad acudieron a la cita para informarse e informar, compartir sus conclusiones y preocupaciones en el ámbito de la edificación.
El Congreso se desarrolló en dos formatos fundamentalmente:
Estas dinámicas, en mi opinión muy acertadas, permiten tomar el mismo micrófono a todos los escalones de la pirámide y poner en común las distintas perspectivas de cada cuestión. Además, los descansos intermedios favorecen continuar el intercambio de opiniones en un nivel más cercano. Por otra parte, la infinidad de sesiones ha favorecido la concienciación por un lado, de la gran cantidad de gente que está trabajando para enderezar la situación de la edificación en todas partes del mundo y a todos los niveles, y por otro, de la consoladora similitud de nuestros problemas, estrategias, desaciertos y logros.
Que tenemos (constituimos) un problema muy grande es evidente en los números que ya todos conocemos, y que el lastre más grande de todos es ese al que llamamos parque edificado también. Resulta, sin embargo, reconfortante ver que cada vez son más los casos que realmente llegan a marcar la diferencia alcanzando resultados ambiciosos. También el hecho de que aún estamos a tiempo de hacer las cosas mejor en otros lugares, por lo que el ingenio fruto del arrepentimiento no se echará a perder.
Nuestro sector se está moviendo a una velocidad envidiable en muchos aspectos y es nuestra responsabilidad aprovechar el turbo mientras podamos. Por supuesto, esto no puede aplicarse a todos los agentes y ámbitos involucrados. Así, en respuesta al lema del Congreso «Are we moving as quickly as we should?» la respuesta es evidentemente No. Sin embargo, respecto a la coletilla «It’s up to us!« yo diría que, en este caso, us no somos todos. Hay, afortunadamente, mucha gente trabajando, mucho conocimiento y muchas ganas de dejar un planeta que merezca la pena, pero mientras se sigan frenando las cosas desde arriba como hasta el momento (independientemente de las palabras vacías que se pudieran pronunciar en las sesiones de ciertas personalidades), todo este esfuerzo es inútil y todo el entusiasmo, posiblemente, contraproducente en un futuro.
Manifiesto de Barcelona
A modo de recopilación de todo lo escuchado y reflexionado a lo largo de los tres intensos días de trabajo, se elaboró y leyó en la última sesión plenaria el llamado Manifiesto de Barcelona. Un documento que pone en relieve la alarmante situación generada por el modelo actual del sector de la edificación en términos de consumo, emisiones y generación de residuos, asumiendo los errores y proponiendo líneas estratégicas que permitan enderezar el rumbo hacia un modelo consciente, contemporáneo y responsable.
Todavía no está disponible en las redes, pero podemos resumir las conclusiones en las siguientes:
– Es muy importante no repetir en los primeros (lugares aún en construcción) los mismos errores que ahora constituyen para nosotros un lastre inamovible.
– En los segundos, la transformación vendrá con las estrategias de rehabilitación de la realidad existente, tanto a nivel urbano como a escala edificio. Como bien sabemos, un 80% de nuestro futuro parque inmobiliario ya está construido.
Estas líneas firmes, aunque en cierta medida evidentes, no son más que el punto de partida y de referencia para las próximas décadas. Por la parte de CarpinteríasCTE, seguiremos oyendo hablar de este Congreso indirectamente pues os podéis imaginar que entre las 144 preguntas salieron múltiples temas muy atractivos que no podemos dejar que no lleguen a todos los interesados.