

El Reto KÖMMERLING nos va a dejar proyectos muy interesantes después de esta intensa 2ª fase. Sin embargo, entre las propuestas semifinalistas han quedado ideas muy interesantes que me gustaría compartir con vosotros, así que a lo largo de las próximas semanas iremos viendo algunos Edificios Zero en potencia.
Empezamos con Landschaft, el proyecto de Christophe René Beraldin, Alberto Brunello y Patricia Fraile Garrido.
El programa se reparte en bandas paralelas ordenadas con el objetivo de que la privacidad vaya en aumento según el usuario se adentra en el edificio. Así, los espacios más cercanos al acceso están destinados a los visitantes, las formaciones y, mientras que los despachos individuales se localizan al fondo.
La flexibilidad de la planta abierta se complementa con cubos de vidrio, paneles móviles y cortinas que pueden acoger diversos usos como reuniones o despachos con distintos grados de intimidad y duración. Todo esto está favorecido por la planta libre y sin apoyos estructurales en el interior del perímetro. “Esta estructura abierta, libre y amplia posibilita nuevas relaciones con el clima, el entorno y la actividad, aceptando una cierta indefinición de los usos y concibiendo algunos espacios sin tener claro a priori lo que acogerán.”
“La estrategia energética del proyecto se estructura en 3 niveles, atendiendo a tres escalas del edificio: macro-escala (urbanismo), escala-media (arquitectura) y micro-escala (sistemas constructivos).”
Os dejo la parte de funcionamiento energético de la memoria de proyecto:
(…Queremos explicar los conceptos de sostenibilidad estudiados en un especie de progresión o gradación desde la macro-escala (medidas urbanísticas) hacia una escala media a nivel arquitectónico y hasta la micro-escala (elección de materiales) ya que nos parece un acercamiento muy próximo a cómo se ha generado la idea de proyecto.
Macro-escala: Decisiones a nivel urbanístico
La estrategia energética fundamental que hemos tomado como punto de partida para el nuevo edificio de oficinas de KÖMMERLING se basa en un acercamiento “barato” y más bien relacionado con las condiciones intrínsecas del edificio (orientación, iluminación natural, etc.) que con medidas ultra tecnológicas. (…) una fachada a Norte con un excelente comportamiento para la época estival, y a Sur, captadores de energía solar.
(…) Dentro de estas medidas a escala “urbana” englobamos los sistemas de paisajismo de la parcela que se ocuparán de dar frescor al interior del edificio: plantas, tierra natural y láminas de agua permitirán preservar la humedad alrededor de la casa, así como las áreas de aparcamiento, en las que se dispondrán de un porcentaje de puestos para coches eléctricos, apostando por esta tecnología.
Escala intermedia: Decisiones a nivel edificación.
Los criterios bioclimáticos fundamentales que se han considerado en la propuesta están mencionados a continuación:
Micro-escala: Decisiones relativas a la materialidad
En el análisis de los materiales de construcción a usar, el horizonte se extiende al ciclo de vida de los recursos, buscando la combinación óptima de materiales con menor impacto en el entorno. La evaluación del ciclo de vida calcula la carga ambiental y energética asociadas a la actividad y al edificio que la acoge. Asimismo, se configura como una herramienta muy interesante para valorar los costes de gestión y mantenimiento a lo largo de aproximadamente 30 años.
La idea principal consiste en tomar materiales, en primer lugar, locales ya que el transporte supone un gran porcentaje del consumo energético y, en segundo lugar, reciclables y reutilizables en otros edificios sin transformación.
Por estos motivos, hemos optado por una construcción prefabricada de materiales caracterizados por una alta durabilidad en el tiempo. Es por ello que hemos decidido poner nuestra atención sobre el acero como material estructural, siendo éste reciclable y cuyo ciclo de vida permite su entera recuperación y reempleo en el 90% de las nuevas realizaciones.
Las elecciones relacionadas con la envolvente arquitectónica han sido realizadas en función de las prestaciones térmicas y acústicas: sistema que presenta grandes ventajas en cuanto a estanqueidad al agua, coste reducido y rapidez de montaje.
En las vigas reticulares se colocará una chapa de acero tratada, que tendrá función de plano de apoyo para el paquete de cubierta, que se compone de unos 20 cm de material aislante con freno vapor y una chapa de acero de acabado, anclada a través de clips metálicos ocultos. Este sistema permite tener valores muy contenidos de trasmitancia térmica y de equipar el edificio de una piel resistente a la penetración de la lluvia y a la fuerza del viento. Las paredes exteriores seguirán el mismo concepto constructivo de la cubierta…).
Fuente de memoria de proyecto: retokommerling.com