Se trata de una exposición del colectivo español luzinterruptus en ciudad polaca de Katowice con ocasión de su Festival de Arte Urbano.
La obra consistía en una escultura que se podía recorrer y que el público podía ir completando con sus propias botellas vacías. Los diseñadores montaron una estructura metálica, de la que colgaban bolsas de plástico repletas de botellas PET e iluminada con bombillas para darle notoriedad de día y de noche.
Las botellas originales fueron donadas por una planta de fabricación y embotellado por no cumplir los requisitos para su reutilización.
El mensaje y la escultura crecían así con el tiempo, demostrando la cantidad de residuos que se generan a diario. En Polonia existen al parecer unas políticas de reciclado bastante fuertes, por lo que la concienciación es necesaria en cuanto al nivel de consumo. En cualquier caso, nos parece una iniciativa potente, inteligente y, por qué no decirlo, preciosa.
