

El CTE, Código Técnico de la Edificación, recoge una serie de cambios en cuanto a la salubridad de los edificios:
En esta sección se afrontan diversos problemas de la edificación en España acerca de la higiene y salud de las personas y a la protección del medioambiente en el entorno edificatorio. Se abordan los problemas de humedad en los edificios y se regulan los problemas que surgen en las instalaciones de suministro de agua y de evacuación, la ventilación y la eliminación y gestión de residuos generados en los edificios.
La mayoría de las veces los problemas de humedad son causados por el mal diseño o mantenimiento de los elementos constructivos que forman el cerramiento del edificio, así como de las instalaciones de suministro y las de evacuación de aguas. Todo esto se traduce en un problema de salubridad y un problema económico, por el costo de las reparaciones.
Este código tiene el objetivo de disminuir el número de problemas de patología por humedad debido al mal diseño constructivo y mantenimiento de suelos y muros en contacto con el terreno, fachadas, cubiertas y las medianerías descubiertas.
En este punto se trata la eliminación de residuos, los problemas de salubridad y medioambientales ocasionados por la mala gestión y falta de reciclado de los residuos ordinarios. Con el objetivo de mejorar la sostenibilidad, se potencia la creación de un entorno edificatorio más amigable en los edificios de viviendas para fomentar el reciclaje, a través de dos recursos: facilitando la recogida de residuos puerta a puerta y la desaparición de los contenedores de calle; y fomentando la separación de los residuos en origen para su posterior reciclado.
Se regulan las instalaciones de ventilación en las viviendas y los garajes con objeto de alcanzar una calidad de aire interior aceptable, teniendo en cuenta la compatibilidad con el ahorro de energía y la atenuación acústica. De este modo se llena el vacío legal que hay actualmente.
Se regulan aquí las instalaciones de suministro y evacuación de agua. También se pretende contribuir al ahorro de agua mediante el adecuado diseño y cálculo de dichas instalaciones, actualizando la reglamentación preexistente.
Los edificios a los que se les aplique la contribución mínima de energía para la producción de agua caliente sanitaria tendrán, además de la toma de agua fría, una toma de agua caliente que facilite la instalación de equipos bitérmicos.