

La iluminación supone un 18% del consumo energético de un hogar y casi un 30% en los locales de oficinas. Constituyen uno de los elementos prioritarios a sustituir por la facilidad de la actuación y la inversión accesible. La iluminación de los hogares y oficinas está íntimamente relacionada con el modo de vida de los usuarios, por lo que el proyecto arquitectónico sólo puede esbozar las soluciones más óptimas en base a la concepción original. Cada uno es responsable de la distribución de consumo energético de sus inmuebles; por ello, nos hemos propuesto que todos seáis capaces de diseñar vuestro propio sistema de iluminación.
Empezamos con un repaso por todos los tipos de bombillas en el mercado que hay que conocer y sus ventajas e inconvenientes:
· Incandescentes: Transforman en luz un 5% de la energía desperdiciando un 95% en calor. Tienen un bajo periodo de vida útil, por lo que son muy baratas. Sácalas de tu vida en cuanto puedas.
· Halógenas: Con un rendimiento, vida útil y precio ligeramente superior a las anteriores, podemos decir a su favor que las modernas pueden llegar a consumir alrededor de un 40% menos para la misma cantidad de luz.
· Fluorescentes: Consumen hasta un 80% menos que una incandescente, alcanzando periodos de vida útil de entre 6 y 20 veces los de éstas. En su contra está que sufren un alto deterioro en el encendido y apagado repetitivos.
· Bombillas de ahorro: Resultan de la aplicación de tecnologías de los fluorescentes al formato bombilla, por lo que sus características son similares.
· LED: Su vida útil ronda las 50 veces más que una bombilla incandescente, consumiendo la décima parte para un grado de iluminación equivalente. Podemos decir que son todo ventajas exceptuando el precio, que de cualquier manera se ve compensado por el largo plazo de duración. En el lado del confort lumínico hay que mencionar que aportan más brillo que una incandescente y la luz no se concentra en un punto sino que se reparte al estar compuesto por varios diodos LED en el interior.
Este cuadro del Natural Resources Defense Council compara todos los tipos y aspectos de manera muy intuitiva:
Aplica estos conocimientos
Se extrae rápidamente de este resumen los siguientes tips para garantizar el menor consumo eléctrico en iluminación sin renunciar a los ambientes que más te gustan:
· Zonas de trabajo y estancia: Fluorescentes donde estés largos periodos de tiempo. El ejemplo por excelencia es la cocina, pero extiéndelo a allí donde pases la mañana o la tarde de manera ininterrumpida (salón, despacho, oficina). En lo referente a diseño de iluminación de zonas de trabajo tienes todo aquí.
· Zonas de paso o donde desempeñes actividades muy cortas: LEDs o halógenas para los pasillos, luces de maquillaje en el baño o en los vestidores. Tendrás toda la luz de la bombilla desde el primer momento y el gasto por el apagado y encendido es insignificante en comparación con otras.
· Dormitorios: esto depende del modo de vida que lleves. Probablemente compensaría colocar unos fluorescentes en los cuartos de los niños si juegan y estudian en ellos y LEDs en los de los adultos que sólo los utilizan para dormir.
Vamos a ir desarrollando estas ideas para abarcar todos los patrones de funcionamiento posible en las próximas semanas.
No olvides comprobar la calificación energética de las luminarias que compres o incluyas en un proyecto y, ante la duda, pon un LED. Próximamente te contamos por qué.