

¿Sabéis cómo hay quien dice que los alrededores de una cárcel son los puntos más seguros de una ciudad? Pues también hay quien piensa que si esto puede ser verdad, también puede serlo el que las zonas medioambientalmente más cuidadas estén en los alrededores de las centrales energéticas.
Al fin y al cabo, toda la energía renovable que necesitamos para alimentar las ciudades sostenibles que queremos tiene que captarse de alguna manera, y cuanto más integrada en el tejido urbano esté, mejor. La única solución es cambiar la perspectiva que tenemos de estos elementos y diseñarlos, de manera que en lugar de estorbos se conviertan en lugares atractivos y de calidad urbana.
Por eso, BIG ha propuesto para una planta de residuos en Copenhague un edificio interesante y que integra una pista de esquí y una zona de picnic.
En este extracto de una entrevista de ArchDaily a Bjarke Ingels durante el congreso Arquitectura: Cambio de Clima que se desarrolló en Pamplona este verano, nos cuenta su perspectiva:
Afortunadamente, esto lo está diciendo alguien en posición de cambiar las cosas. Esperamos que esta idea no se quede en un proyecto anecdótico, sino en un nuevo paradigma en la concepción de la vida urbana en todo su ciclo: integrando la energía y los residuos como partes del mismo dentro del mismo escenario.