

SUP Atelier ha desarrollado lo que llaman un diseño estratégico integrado multisistema, que permite minimizar la huella ecológica del proyecto a la vez que garantiza un nivel de confort interior y eficiencia energética muy altos. Es, por lo que entiendo, la combinación óptima de sistemas constructivos e instalaciones para aprovechar al máximo las posibilidades del entorno y reducir la demanda.
El edificio es un caso práctico que demuestra que el diseño adaptado al clima con estrategias bioclimáticas y tecnología puede sacar partido de las condiciones climáticas, el legado cultural e incluso la economía local.
La integración del multisistema incluye tres niveles: la plataforma BIM, la combinación de tecnología sostenible con la arquitectura vernácula y las técnicas constructivas en paralelo.
Las instalaciones como la fotovoltaica, la recogida de aguas, la monitorización y el control se encastran en la fachada de manera que no condicionan la distribución interior y reducen el tiempo de ejecución del edificio.
El sistema constructivo varía con los usos del edificio para reducir plazos por las interferencias que se producen en el entorno. Así, el vestíbulo de varias alturas es de pórticos de madera, mientras las zonas más pequeñas se resuelven con Light Steel Frame. Todo es modular y viene preparado de taller para que el montaje sea lo más rápido posible.
La fachada es una doble piel modular que integra construcción vernácula con prefabricación. Promueve la industria local y mantiene la identidad regional.
La plataforma BIM se usa sobre todo para coordinar la construcción, funcionamiento y mantenimiento durante toda la vida útil del edificio.
Estrategias pasivas
Como no podía ser de otra manera, desde la fase de diseño se han tenido en cuenta las condiciones climáticas y del entorno para adaptar el edificio a un modo de eficiencia energética máxima.
La fachada de doble hoja de vidrio y control solar con la celosía de las plantas superiores son un ejemplo clásico de diseño pasivo bioclimático.
El atrio central cuenta con lucernarios practicables que lo convierten en una chimenea con un papel fundamental en el sistema de ventilación y aclimatación, además de proporcionar una cantidad de luz natural que mejora notoriamente la calidad interior. La envolvente de doble piel de vidrio, complementada con la capa exterior de ratán en las plantas superiores se adaptan a cualquier estación con distintas combinaciones.
El diseño del ratán no es puramente estético: cuatro patrones diferentes responden a la exposición solar y acciones del viento en cada sitio, gracias a los cálculos facilitados por un programa de simulación. Esto mejora el confort interior, reduce las necesidades energéticas y alarga la vida de los materiales.
El edificio se beneficia del aire atemperado de un túnel enterrado para reducir el salto térmico de su sistema de climatización, reduciendo la demanda energética en gran medida en épocas de temperaturas más extremas. La instalación de conductos verticales se integran también en la cámara del cerramiento. Además, hay una apuesta clara por los materiales reciclados como la madera, el acero y la paja, así como otros locales como el solado de piedra o el ratán, que además de reducir la huella del proyecto y promueven el empleo, la artesanía y la identidad local.
Los resultados obtenidos con la monitorización de parámetros térmicos, de humedad, ventilación e iluminación han mostrado un funcionamiento óptimo del edificio y acorde con lo previsto por el estudio de arquitectura, por lo que el Proyecto constituye una referencia para las nuevas construcciones de la zona.