

Un planteamiento opuesto al normal y perfectamente razonable.
“El gimnasio de Maravillas tiene ya 22 años. No sé por qué en el año 1960lo hice así, pero lo que sí sé es no me disgusta haberlo hecho. Creo que el no hacer arquitectura es un camino para hacerla y todos cuantos no la hagamos, habremos hecho más por ella que los que, aprendida, la siguen haciendo. Entonces se resolvió un problema y sigue funcionando y me parece que nadie echa en falta la arquitectura que no tiene. (1985)”
Alejandro de la Sota.