

El renombrado arquitecto Antonio Lamela, autor de edificios icónicos por toda España, ha fallecido este fin de semana a los 90 años.
Fundador de uno de los estudios de arquitectura más prolíficos del siglo XX en España, su nombre se asocia directamente a sus proyectos más sonados, como la remodelación del estadio Santiago Bernabéu o la T4 del Aeropuerto de Barajas. No obstante, lo que de verdad caracterizaba a Antonio Lamela era su perspectiva diferente en la gestión de la oficina y los proyectos y la innovación en las técnicas constructivas.
Fundó el estudio de arquitectura Lamela nada más salir de escuela, y se lanzó directamente a hacer arquitectura. Su primer cliente fue él mismo, levantando un edificio en el casi vacío O’Donnell en el que instaló su estudio. Este proyecto fue su carta de presentación.
Desde entonces tomó un enfoque de su actividad desde un punto de vista empresarial, algo no tan habitual entre los arquitectos de la época. Se dedicó a proyectos más comerciales que sociales, pero sin abandonar el valor de la arquitectura. Esta decisión le convierte en un profesional singular.
Habiendo sido un gran viajero, fue capaz de integrar en sus proyectos perspectivas de otras culturas y consiguió ir introduciendo modos de vida americanos en muchos de sus edificios. Construyó en el Paseo de la Castellana el primer edificio de viviendas con aire acondicionado y tabiques móviles, y también en Madrid, el primer supermercado.
Un pionero donde los haya, su proyecto más inspirador, a mi parecer, son las Torres de Colón, no por la arquitectura en sí, sino por la innovación que fue su construcción.
Los forjados de estas moles son bandejas que vuelan alrededor de los núcleos de hormigón centrales y que fueron materializadas una a una en planta baja y posteriormente elevadas a su posición actual con un sistema de cuerdas y poleas.
Esto no era algo novedoso sólo aquí: este proyecto le consiguió a Lamela en 1975 el Premio a la mejor construcción del año durante el Congreso Mundial de Arquitectura y Obra Pública.
Antonio Lamela fue un arquitecto singular del que toda España puede sentirse orgullosa. Estudio Lamela sigue abierto bajo el liderazgo de su hijo Carlos.
Fuente imagen portada: El Mundo