

«Tenía que superar la dificultad y diseñar ventanas, la cosa más difícil de hacer en arquitectura. Hay pocos arquitectos que sepan hacer ventanas muy bien, con honestidad. De hecho, se hacen tantos muros de vidrio, entre otras cosas, porque no se sabe hacer ventanas».
Eduardo Souto de Moura
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¿Te ha venido a la cabeza alguna vez esta reflexión de Souto de Moura? Es extraño el imaginar que hubo un tiempo en el que los edificios no tenían ventanas y que éstas no estuviesen compuestas con vidrio, un material que a la vez es protector de las inclemencias del tiempo y permite una comunicación visual con el exterior.
En estos tiempos actuales en los que el debate sobre la protección del medioambiente y los conceptos de edificación sostenible nos inundan, las ventanas deben disponer no solo de prestaciones y criterios sostenibles sino también de versatilidad para encajar en algunos huecos arquitectónicamente imposibles hace unos años. Un reto doble que las ventanas están superando con nota.
Independientemente de la forma de la fachada, la ventana sí o sí debe adaptarse al hueco disponible. Además, en muchos casos, las ventanas son los auténticos protagonistas de la fachada, destinando al muro a ser un mero lienzo sobre el cual los huecos fluyen y juegan “a placer”. En estos casos, las ventanas deben ser elementos dignos de mimo y estudio con detalle.
Hasta que el estilo postmoderno la popularizó de nuevo, la ventana redonda era considerada típica de lugares tipo mediterráneos o árabes. Las ventanas redondas y ovaladas actuales confieren personalidad a la fachada.
La división del hueco es un recurso compositivo de gran valor visual y que aporta ritmo al estilo de la fachada.
Últimamente los arquitectos optamos por recurrir a planos inclinados de fachada, aportando contraste y relación peculiar con el entorno directo, bien sea urbano o natural. Las ventanas retan también al efecto de la gravedad y actúan en sintonía con los muros.
También la ventana puede revelarse al “lienzo desordenado” de la fachada y mostrarse orgullosa aportando orden al conjunto. Los edificios de Frank O. Gehry son claros ejemplos:
Las fachadas de vidrio han pasado a ser el sistema constructivo preferido para edificios terciarios como oficinas y centros comerciales. Desde el sistema de doble fachada hasta las ventanas avanzadas en eficiencia energética, estos ejemplos desafían la forma, la fuerza de gravedad y aseguran simultáneamente las prestaciones que toda ventana debe tener.
Para ello, KÖMMERLING en Alemania ha desarrollado el espaciador termoplástico Ködispace 4SG, que confiere flexibilidad al conjunto de la ventana y permite hacer posibles ventanas altamente eficientes con formas cóncavas.
Ya ves que las posibilidades en el diseño de ventanas y su composición en fachada en edificios terciarios y bloques de viviendas no tienen límite. Pero ¿Y en la arquitectura residencial?
Las casas modernas se caracterizan por tener grandes ventanales dando a vistas paisajísticas. Las grandes ventanas normalmente son hojas fijas y vinculan interior y exterior de forma elegante.
En la imagen de arriba podemos ver las posibilidades de los grandes huecos, no solamente con elementos fijos sino también con correderas. En KÖMMERLING tenemos una amplia gama de posibilidades de ventanas tanto fijas como practicables, entre ellas por ejemplo las corredera elevadora PREMIDOOR76.
Si tienes un proyecto por delante y necesitas asesoramiento profesional en tus fachadas de ventanas, ponte en contacto con nuestro equipo de prescripción.
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