

La repercusión de los impactos medioambientales, sociales y económicos relacionados a las fachadas sostenibles forman parte importante del diseño arquitectónico bajo en carbono. La habilidad de minimizar la energía embebida de los materiales componentes y reducir los consumos energéticos en las fachadas va ganando en popularidad como parte del diseño arquitectónico.
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Las fachadas en la arquitectura constituyen entre el 35 y el 40% de la superficie envolvente de los edificios. Es decir, algo más de un tercio. Además, como es evidente, la orientación en el plano vertical les da un alto valor estético, ya que son la “tarjeta de visita del edificio” e influyen enormemente en el entorno inmediato de alrededor.
Está claro, la interacción entre el edificio y los usuarios siempre ha sido un buen motivo para el diseño de fachadas. En estos momentos, las fachadas ya se parametrizan y están abordando también incluso las superficies de cubierta, gracias a las posibilidades de libertad de curvas y formas de la construcción industrializada asistida.
Es muy importante que hablemos también de la transmitancia lumínica, ya que las fachadas son el elemento de conexión interior-exterior. Con la colocación de ventanas en nuestros muros de fachada podemos tener acceso a lo que ocurre en el exterior y además beneficiarnos de una buena entrada de luz solar, contribuyendo a un nivel de confort lumínico bueno para desarrollar nuestras actividades.
Actualmente vemos una tendencia a abrir mayor superficie de huecos, ya que las ventajas de disfrutar de unas buenas vistas o simplemente el mirar al horizonte ayudan a la mejorar salud, sobre todo en los ambientes de trabajo.
En cuanto a su papel como motor industrial, la automatización e industrialización contribuyen a un desarrollo formal de las fachadas, contribuyendo al avance tecnológico y la optimización de la economía. Por ejemplo, la práctica de filosofías como Lean Construction.
Está claro que el papel estético de las fachadas en la actualidad sigue prevaleciendo con fuerza. Y ¿Qué elementos conforman las fachadas sostenibles? El diseño de fachadas sostenibles implica una contribución importante a la optimización energética del edificio, el confort medioambiental interior y la calidad lumínica natural. Seguir estos criterios supone obtener 8 puntos en la certificación LEED, por ejemplo, y un ahorro alrededor del 6% en las cargas de refrigeración en edificios terciarios.
Dentro de la inmensa variedad de posibilidades estéticas y técnicas, ponemos foco en los materiales y la funcionalidad:
A medida que el sector de la construcción evoluciona, también lo deben hacer los edificios. Originariamente la fachada ha evolucionado desde ser simplemente un muro tosco para aguantar una cubierta hasta ser uno de los elementos más importantes del edificio en cuanto a identidad, sostenibilidad y viabilidad estructural. Actualmente existe una clara evolución estética de las fachadas hacia la funcionalidad energética aprovechando los recursos del entorno próximo. Es decir, todo lo que tiene que ver con fachadas dinámicas, verdes, … las fachadas están evolucionando como principal vía para conseguir edificios sostenibles.
No debemos olvidar que el sector de la construcción consume el 40% de las materias primas y recursos naturales existentes en nuestro planeta. Es por tanto de suma urgencia que cambiemos el chip hacia el uso de materiales lo más sostenibles, reciclables y duraderos posibles. Estos materiales y productos arquitectónicos suelen caracterizarse actualmente por tener:
A nivel ya de componentes, sobre todo en los sistemas de ventanas, está viniendo una tendencia a reaprovechar carpinterías y vidrios de edificios desmantelados para instalarlos en otros. Aquí queda por supuesto el debate de acoplar carpinterías con medidas determinadas a los huecos de un nuevo edificio. Volvemos a insistir en la durabilidad de los materiales a largo plazo. También te recomendamos que eches un vistazo al sistema Cradle to Cradle.
En cuanto a los aspectos funcionales básicos de muros y huecos de fachada, debemos asegurar la protección frente a los agentes externos (agua, viento, temperaturas cambiantes), la estabilidad estructural y una regulación del ambiente interior (temperatura, humedad e infiltraciones de aire).
Pero las fachadas sostenibles van un paso más allá. Los sistemas de generación de energía renovable están evolucionando y están “saltando” de las azoteas a las fachadas. Estamos hablando de fachadas como recolectoras de energía, aprovechando toda esta superficie expuesta al sol en los planos verticales y teniendo también posibilidad de funcionar como protección solar. También este factor hace que podamos crear huecos mayores o directamente muros cortina tras los módulos solares.
Además, el sector de las energías renovables ha desarrollado sistemas con soluciones totalmente integradas estéticamente en la arquitectura, a diferencia de las instalaciones a las que estamos acostumbrados a ver en las cubiertas.
En cuanto a los huecos, están en pleno desarrollo tecnológico. Es algo evidente que los arquitectos queremos diseñar cada vez huecos más grandes. Para ello, por un lado se está estudiando cómo mejorar las prestaciones de los vidrios de forma que mantengan sus propiedades de aislamiento térmico aumentando la transmitancia lumínica pero también cómo recircular el vidrio procedente de demoliciones. Este tema es bastante especial porque los vidrios llevan numerosos tratamientos y es complicado mantener la transparencia de las hojas tras el reciclado.
Por otro lado, el sector de las carpinterías en el caso de España está poniéndose las pilas para mejorar la sostenibilidad de sus productos con las DAP particulares de perfiles de ventanas, por ejemplo, como distintivo de una apuesta por la transparencia en cuanto a lo medioambiental. ¿Cómo conocer la sostenibilidad de los perfiles de ventanas? Es necesario que en la DAP te fijes muy bien en los impactos ambientales por kg de producto y su reciclabilidad en el largo plazo. Existen muchas más opciones que los perfiles con base material natural, como la madera, e igual de sostenibles. Lo que se trata es de la ventana utilice en su prodcucción la menor parte de materia prima posible, reducir residuos al máximo y recircular el 100% de los materiales.