

Mucho sabemos ya sobre los edificios de consumo casi nulo. Desde el blog del Reto KÖMMERLING llevamos años explicándote en qué consisten y cómo conseguir hacer proyectos eficientes. Pero las metas de desarrollo sostenible van más allá y hablamos ya de edificios Net Zero o consumo neto cero. Este tipo de arquitectura logra tener la neutralidad de emisiones de CO2 a la atmósfera, contribuyendo así a un mejor desarrollo de las tecnologías eficientes y sostenibles.
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En el marco de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y los procesos que las producen tenemos una serie de sectores económicos en los que se emite un volumen principal de CO2: el transporte, la generación de energía y calor, la agricultura y la industria. Para el caso de la construcción, se genera CO2 en varios de esos sectores, corresponden a diferentes momentos de las fases de la vida de los edificios. En general hablamos de un 39% de esas emisiones totales a la atmósfera.
Vista la importancia que tiene la industria de la arquitectura en cuanto a mitigar la contaminación atmosférica, el concepto global Net Zero surge con el objetivo de reducir al máximo las emisiones en los edificios y compensar los consumos que son inevitables con generación de energía renovable.
Los edificios Net Zero son un instrumento práctico para conseguir desacelerar las emisiones a la atmósfera en nuestro sector. La Hoja de Ruta de la descarbonización extensiva en Europa marca claramente las emisiones neutras en carbono. Cuando hablamos de regulaciones para una descarbonización en 2050, se centran en Net Zero Carbon. A partir de 2030 los nuevos edificios deberán ser al menos carbono neto cero.
Tenemos también ya casos ejemplares de la prioridad que han determinado con respecto a este tema países como Reino Unido: ha establecido el objetivo de cero emisiones netas ya en 2050.
Más concretamente en España contamos ya con la Ley de Calidad de la Arquitectura, que trata de regular y contribuir de forma normativa con este aspecto.
Conseguir la neutralidad de emisiones de CO2. Así de claro es el objetivo principal de los Net Zero. Para ello, como veremos más Adelante, existen diferentes vías de acometerlo, todo para reducir la huella de carbono.
Metiéndonos un poco más a fondo en el tema, existen diferentes tipos de edificios Net Zero, dependiendo principalmente del tipo de fuente de energía que utilizan y los parámetros de medida:
Existe por tanto una gran diferencia entre estas clasificaciones. Lo ideal es que tengamos edificios al menos Net Zero Energy (100% de la demanda energética producida on-site) pero todos sabemos que la realidad es compleja, sobre todo en los centros urbanos. Por lo tanto, en el sector se habla más de los Net Zero Carbon.
Los Net Zero Carbon o Cero Carbono Neto son edificios altamente eficientes que cubren sus Consumos energéticos con producción de energía renovable parcialmente in-situ o bien totalmente importada de otro campo de generación de energía (offset).
Lo que es importante destacar aquí es que, independientemente de si se trata de edificio Zero Energy, Energy Positive, etc. es que tenemos que incorporar en nuestros criterios de diseño el reducir a toda costa los consumos energéticos en nuestros proyectos.
Con lo que te hemos contado más arriba es evidente que las dos claves de conseguir edificios Net Zero son:
De ambas estrategias hablaríamos también de una tercera que tiene que ver con la monitorización y control de dichos consumos en todas las fases del edificio. Los edificios neutros en emisiones de CO2 a la atmósfera se comprometen con las monitorizaciones a servir de ejemplo para un mejor desarrollo del propio sector. Ahora veremos las posibilidades de evaluarlos y los programas que ya están surgiendo al respecto.
Desde los sellos de evaluación sostenible (LEED, BREEAM, Verde, DGNB) ya encontramos iniciativas para poder certificar estos edificios dentro del marco de la sostenibilidad. Pero para ello debemos hacer un ligero matiz:
Cuando hablamos normalmente de edificios de carbono neto, tendemos a centrar la atención en la fase de uso/mantenimiento. En esta fase del ciclo de vida del edificio es, evidentemente por su duración, en la que más que más gases de efecto invernadero emite el edificio. Pero no hay que olvidar que hay más fases de la vida del edificio, en las que también pueden producirse emisiones importantes. Hablamos sobre todo de las fases de producción de materiales y componentes y la fase de demolición. Esta certificación corresponde a los edificios Net Zero Whole Life Carbon. Para evaluarlos correctamente hay que optimizar:
En este aspecto, el World Green Building Council (WGBC) tiene desarrollada una iniciativa llamada “Advancing Net Zero”, que tiene como objetivo difundir y llevar a la práctica las certificaciones Net Zero en los diferentes sellos de evaluación de edificación sostenible.
También existe ya un “Estándar Net Zero”, promovido por Carbon Trust.
Lo que intentamos normalmente cuando se publican normativas nuevas es saber cómo nos afectan en campos que manejamos. Más concretamente, el estándar Passivhaus es alta eficiencia energética centrada en la fase de uso del edificio. Y para ello contamos con diferentes categorías de edificios certificados. Aquí te mostramos las equivalencias con los Net Zero:
El número de edificios Net Zero todavía es contado. Pero gracias a ellos y a su monitorización, podemos ir afinando y desarrollando aquellos que vendrán más adelante. Sin embargo existen edificios bastante emblemáticos, en su mayoría de uso terciario.
El primer proyecto residencial Net Zero Carbon a nivel mundial fue construido en Reino Unido, en un suburbio de Londres. Los propósitos eran por esa época muy ambiciosos, pero gracias a la participación de grandes empresas como la ingeniería Arup, se consiguió construir esta comunidad de viviendas.
Cabe destacar el número reducido de plazas de coche y la comodidad de sus viviendas. Cada una dispone de un espacio de jardín, creando así también espacios de distensión social entre los vecinos. Desde el aspecto constructivo, se utilizaron materiales obtenidos dentro de un radio de 100km, contribuyendo así a reducir la huella de carbono que genera el complejo. El vecindario cuenta con una planta de reciclaje de aguas propia y las demandas se abastecen con pellets.
El proyecto BedZed ha sido galardonado a lo largo de estos años con varios premios, entre los que destaca el Premio Stirling en 2003.
Este caso de éxito y sede actual de la multinacional Deloitte está ubicado en la zona empresarial de Amsterdam. El edificio quiso demostrar que las oficinas del siglo 21 pueden ser sostenibles y confortables. Con vistas directas a la ciudad, The Edge es como una ciudad en miniatura, donde cada rincón puede ser colonizado para trabajar.
En cuanto a los estándares de sostenibilidad, obtuvo la máxima puntuación Excepcional BREEAM. Su compacidad y orientación optimizan las bajas demandas de energía y el edificio cuenta con un sistema propio de utilización del agua de lluvia para los sanitarios y riego de jardines.
Este edificio de oficinas sede de United Therapeutics, ubicado en el estado de Maryland, se hacer llamar «el edificio Net-Zero más grande del mundo» y presume de proeza al estar ubicado en el centro de la ciudad, donde no es tan fácil producir energía solar renovable debido a las sombras que arrojan los edificios del entorno. De hecho The Unisphere es más que un edificio que produce más energía de la que demanda, denominado «Positive Energy».
Nos vamos a Gijón para visitar el primer edificio Net Zero Energy construido en España: el «Greenspace Parque Científico Tecnológico de Gijón«. Este proyecto pionero alberga asimismo startups y es un centro de investigación. De nuevo asesorado por la ingeniería multinacional Arup, la propiedad decidió configurar una instalación solar que estuviera integrada en el edificio y al mismo tiempo generase el máximo de energía posible. El edificio se abastece 100% de sus instalaciones y el sobrante lo vierte a la red. Cuenta además con la certificación LEED Oro.
La nueva sede de Profine Iberia, más conocida por fabricar la marca KÖMMERLING, apostó todo por tener un edificio digno del siglo 21. El edificio Zero es el exponente de los Net Zero en España y cuenta además con la metodología Zero City Project, que aúna la sostenibilidad, el uso de BIM y Lean Construction. Cuenta con instalación solar en la cubierta y está diseñado con el estándar Passivhaus.