

Este proyecto parece de los más surrealistas que hemos visto, pero es ciertamente una propuesta soñadora, que pretende cambiar las ciudades de hoy en día, permitiendo a los comprometidos con el medio ambiente vivir como quieren sin renunciar a la localización, y promocionando determinados modos de vida.
En OAS1S, los edificios son como árboles: altos y estrechos, envueltos en vegetación, y se esparcen por un área verde, como si de un bosque residencial se tratara.
El diseño del holandés Raimond de Hullu sigue los criterios de la filosofía Cradle-to-Cradle, que apuesta por la máxima eficiencia y la desaparición del concepto de residuo tras el fin del ciclo de vida de una construcción.
Los edificios estarían desconectados de la red como células autosuficientes en términos de energía y agua, incorporando paneles solares, bombas de calor de aire y de agua, almacenamiento de energía y agua y sistemas de filtración y de aguas grises.
Los materiales de construcción se han elegido cuidadosamente para garantizar la ausencia de residuos y la reducción de emisiones. Se basa en madera reciclada, aislamientos orgánicos de alta calidad, fachadas ajardinadas y acristalamientos de baja transmitancia.
La idea consiste en ir incorporando estos «campos de edificios» dentro y en la periferia de las ciudades ya existentes, creando una red que puede ir creciendo. Quieren probar que una comunidad comprometida con el medioambiente puede convivir con una ciudad tradicional, llegando a cambiar los modos de vida de los ciudadanos convencionales.
Por supuesto, el estudio no ha dejado de lado el análisis económico y pretende cuadrar los números para hacer este modo de vida accesible para todo el mundo.
El vídeo tiene su gracia:
Cierto es que contamos con miles de propuestas acerca de cómo modificar la ciudad para acercarnos a un futuro sostenible y ésta se defiende bastante bien entre otras muchas.