

Actualmente vivimos un buen momento para la innovación, la transformación digital y las nuevas técnicas en la arquitectura. La construcción industrializada en sus diferentes tipos de aplicación ayuda a los arquitectos a optimizar su trabajo garantizando además una construcción de calidad. Te explicamos en qué consiste la industrialización en la construcción, sus diferentes clasificaciones y diferencias con otras técnicas de construcción.
La construcción industrializada como la entendemos actualmente consiste en mecanizar al máximo los procesos de diseño arquitectónico, construcción, mantenimiento y demolición de nuestros edificios. El empleo de esta metodología nos aporta principalmente optimización máxima de nuestro trabajo y un producto de calidad y sostenible.
La construcción industrializada nos ayuda a avanzar hacia la construcción 4.0, el IoT y la especialización de nuestro sector.
Esta metodología se lleva empleando desde hace años sobre todo en edificios industriales, todos hemos visto alguna vez estructuras prefabricadas metálicas o de hormigón de naves y almacenes. Una ventaja clara es la rapidez de montaje en obra y la estandarización de los sistemas, lo que hace que sean construcciones muy rentables económicamente.
Si bien es cierto que la vivienda industrializada requiere más dedicación que una nave, el concepto está calando cada vez más en el sector gracias a la creciente implantación de BIM en la arquitectura. BIM es una herramienta imprescindible para la construcción industrializada, y ambas forman el mejor tándem para conseguir edificios rentables económicamente y con garantías de calidad a largo plazo. Suena bien, ¿verdad?
Las principales características de trabajar con procesos industrializados son las siguientes:
Como ventajas te destacamos:
En base a las ventajas que te hemos contado más arriba, la construcción industrializada se diferencia de los procesos tradicionales en los siguientes aspectos:
En este apartado queremos mostrarte toda la variedad de posibilidades técnicas que nos brinda la construcción industrializada. Vamos más allá de las clasificaciones por tipología edificatoria, obra nueva y rehabilitaciones. Cuando hablamos de tipos de construcción industrializada, nos adentramos de lleno en el mundo de los materiales y las diferentes piezas constructivas, como si se tratase de edificios Lego.
Te clasificamos la construcción industrializada en dos categorías:
Actualmente consideramos tres materiales base estructurales con los que diseñar viviendas industrializadas: el hormigón, la madera y el acero.
Los sistemas constructivos industrializados en hormigón funcionan muy bien con sistema de paneles sándwich. El proceso de industrialización es muy interesante:
Tanto en entramado ligero como en paneles contralaminados (CLT), el proceso industrializado en estructura de madera aumenta la sostenibilidad del edificio. Estos sistemas son muy utilizados en rehabilitación por ser más ligeros que el hormigón.
La llamada técnica de Steel Framing cuenta con menor aceptación que los dos sistemas anteriores en cuanto a cerramientos pero sí que su uso está totalmente extendido a la hora de industrializar elementos independientes como baños, balcones y módulos energéticos.
Cuando hablamos de tipos de construcción industrializada según la forma y nivel de industrialización de los elementos, se nos abre todo un mundo de técnicas y posibilidades de ensamblaje. Lo que tienen en común: llegan a obra totalmente terminados.
El tipo de construcción industrializada más sencilla y con el que todos estamos familiarizados son los perfiles extruidos de acero, las estructuras de hormigón pretensado, las placas alveolares, … es un grado mínimo de industrialización muy presente en nuestra labor profesional.
Uno de los métodos más extendidos en vivienda industrializada es la técnica del panel en dos dimensiones e instalación por plantas y crujías. Las piezas se industrializan con la capa de acabado interior y a veces también la exterior. Si el nivel de industrialización es elevado, los paneles incorporan incluso los conductos de agua y calefacción. La ventaja es el fácil transporte a la obra.
Las posibilidades de prefabricación por módulos en tres dimensiones están totalmente abiertas en cuanto a tipologías edificatorias: desde unidades de vivienda, hasta aulas de colegio, pasando por oficinas. Las unidades 3D llegan totalmente acabadas a obra y solo es necesario conectarlas con el resto. Además, este sistema es tremendamente flexible, dando posibilidad de ampliar el edificio en cualquier momento. Esta sistemática nos recuerda mucho al reciclaje de contenedores de transporte, pero normalmente se fabrican en entramado ligero de madera.
Aunque te parezca extraño, ya existen viviendas industrializadas con elementos independientes no estructurales utilizando la técnica del “Plug&Play”: los módulos 3D se equipan totalmente acabados, de forma que en obra solo sea necesario conectarlos con las instalaciones del edificio. Actualmente tenemos a nuestra disposición:
Por último, queremos aclararte los conceptos de industrialización y la arquitectura modular. Hay veces que tanto concepto nos pierde y nos da pie a confundir términos. La arquitectura de viviendas modulares por ejemplo, no deja de ser un tipo de construcción industrializada llevada al extremo: la casa completa se posa sobre el terreno siendo solo necesario conectarla a las redes de agua y electricidad. De todas formas, dejamos a reflexión encontrar el equilibrio entre el tamaño de nuestros módulos y su facilidad de transporte al solar. La industrialización con paneles es muy sencilla de llevar a obra pero requiere también cierta instalación in situ, cosa que las casas modulares no necesitan, en detrimento de unas posibilidades de transporte a la parcela más restringidas.