

El congreso comenzó con una ubicación de la audiencia en las iniciativas tomadas desde el gobierno central en relación a la rehabilitación energética de edificios. Los representantes del Ministerio de Fomento y la Conserjería de Economía y Hacienda explicaron los tres objetivos del Plan Integral de Vivienda (2013-2016): revitalizar el sector de la construcción, promover la eficiencia energética en las viviendas y movilizar el mercado del alquiler.
La presencia de empresas y asociaciones de empresas relacionadas con el sector fue bastante abundante. Las que consiguieron un lugar entre las ponencias tuvieron la oportunidad de contar algunas de sus novedades en cuanto a productos que buscan la mejora de la eficiencia energética. Hubo variedad tratando algunas ponencias proyectos concretos de rehabilitación, otras productos con algún aspecto innovador o no, y algunas estrategias de testado de la calidad constructiva.
Quizá las sesiones más interesantes del congreso fueron aquéllas en que la dinámica favorecía la participación, con intervenciones por parte de la audiencia. Fueron en relación al tema de las subvenciones y formas alternativas de financiación para posibilitar la rehabilitación energética de viviendas de la manera masiva en que es necesaria y la certificación energética. En general, el clima por parte de la audiencia era desalentado al afirmar un representante de la Administración que no iba a haber ayudas significativas por parte del gobierno y escepticismo ante la posibilidad de encontrar formas de financiación a tipos de interés que no fuesen abusivos, como se está haciendo en Alemania. La figura de la ESE salió varias veces sin llegar a ninguna conclusión.
Respecto a la certificación energética, el descontento es generalizado, por parte del arquitecto que no cree en la veracidad de los resultados tras un procedimiento tan simple y despreocupado sin la existencia de un organismo de control que garantice la correcta ejecución del formulario. Por otro lado, se sabe que pesé al boom de trabajo que durará unos meses, este campo no supone una línea importante en la creación de empleo en el sector y tampoco beneficia al propietario, quien buscará el certificador que más le beneficie por precio o calificaicón. Se acusa a la normativa de ser un fin en sí misma y no un medio para lograr el fin de la reducción de consumo en las edificaciones.