

El estándar de edificación eficiente que está dando la vuelta al mundo tiene algunas particularidades que cambiarán radicalmente nuestra forma de diseñar y de construir. Podemos decir que una de las grandes innovaciones es la de darle un papel fundamental a la ventana en la eficiencia energética de edificios.
Antes una ventana era la tapa de un orificio en los muros que cerraban un espacio; ahora lo que queda de «ventana» es la transparencia. Ha pasado a ser una parte del muro preparada para dejar pasar la radiación solar. Esta nueva versión no tiene que ser lo más pequeña posible y no tiene que ser practicable. Su función ahora es estar situada en la posición y orientación correctas y simplemente estar, para dejar que la radiación caliente e ilumine el interior.
Este cambio se debe a que los nuevos productos de vidrio y carpinterías tienen unos niveles de aislamiento y estanqueidad tan buenos que no penalizan tanto respecto a los de los muros y que mueven la balanza entre ganancias solares y pérdidas térmicas a favor de las ganancias solares. Es decir: si a través de la parte acristalada ya no pierdo tanto, puedo aumentar el tamaño de la ventana hasta que las ganancias solares a través del hueco me den un saldo final positivo. Estos productos no son inaccesibles, son ya populares: se instalan en viviendas, edificios terciarios, en obra nueva y en rehabilitación.
Así, Alemania, Polonia y muchos otros países nórdicos se están sembrando con viviendas de este estilo:
Que climas tan fríos puedan lograr construcciones con las bajas demandas exigidas por el Passiv Haus Institute con (o gracias a) una proporción de superficie acristalada (nuevo concepto de ventanas) del 50% respecto a la parte opaca lo dice todo.
En un clima como el nuestro, deberá contarse con algún dispositivo de control solar intermitente para eliminar el exceso de ganancias solares y asegurar el confort visual. Esto no hace más que enfatizar el protagonismo de la ventana como gestor del flujo de energía: controlando qué parte de radiación entra y qué parte no en cada momento, tiene el poder de gran parte de la eficiencia de los espacios.
La arquitectura de las «nuevas ventanas»
Los alemanes nos han sido los únicos en darse cuenta del potencial de las grandes ventanales eficientes, por lo que proyectos con diversos inventos se encuentran a lo largo y ancho del planeta: diferentes versiones del muro trombe, segundas y terceras pieles para un control absoluto de la radiación, edificios dentro de invernaderos…
Vivienda pasiva. Arquitecto: Josep Bunyesc.
El arquitecto tiene en su poder herramientas muy valiosas, que con ingenio pueden ir dando forma a las técnicas constructivas que se estandarizarán en el futuro. Las ventanas aislantes y estancas ya no son un reto, ha llegado la hora de sacar el máximo partido a la radiación que baña España casi a diario.