

Hace unos años, en 2016, la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) se embarcó en un ambicioso proyecto por el que se medirían datos medioambientales en colegios en funcionamiento, con el fin de poder comprobar las condiciones reales de confort e higiene en las que estudian nuestros niños y jóvenes. Para ello PEP buscó la colaboración de la Universidad de Burgos. Te contamos las conclusiones, algunas sorprendentes, a las que llega el estudio.
Índice
El germen del proyecto surgió a raíz de la especial preocupación que tenían algunos socios de PEP sobre las condiciones de confort y calidad ambiental interior en los centros escolares y hasta qué punto dichas condiciones influían. Pasados varios años en los que se fue fraguando y desarrollando el proyecto, PEP presenta finalmente el informe de lo que ha pasado a ser el mayor estudio medioambiental en centros educativos realizado en España, por extensión y duración de la recopilación de datos:
Una vez recopilados los datos de las sondas, la Universidad de Burgos procedió a procesarlos y analizarlos. El estudio final, independientemente de la localización del centro, el año de su construcción y su régimen de gestión, muestra una imagen realista de las condiciones actuales:
*NOTA: el rango óptimo de condiciones de confort e higiene de referencia son:
Nuestros niños y jóvenes pasan alrededor de 6 horas al día en aulas, y no solo eso, sino que la actividad principal que se desempeña en ellas, el aprendizaje, necesita unas condiciones ambientales óptimas para la actividad cerebral que allí se desarrolla.
Paradojas de la vida, el estudio de Colegios de PEP revela sorprendentes condiciones de disconfort en localizaciones con inviernos suaves. Según los datos recopilados con las sondas de los colegios con clima cálido, los chicos y chicas estudian en condiciones interiores pésimas:
Este patrón puede deberse principalmente a que estos centros no disponen de sistemas de calefacción y al no estar aislados tampoco térmicamente, registran temperaturas operativas muy por debajo del umbral de confort en invierno y superiores en verano. En el caso de los colegios con demanda de calefacción, las condiciones de confort mejoran pero es evidente que a base de mayores consumos energéticos.
Tal y como demuestran los datos recopilados en los 36 colegios españoles, independientemente de la climatología, es decir, tanto si estudiamos en un colegio de Pontevedra como si lo hacemos en Sevilla, nuestros centros educativos tienen un serio problema de concentración de CO2 en las aulas. Pero, ¿Cuánto de importante es respirar altas concentraciones de partículas?
La ASHRAE tiene estipulados unos niveles de concentración de gases nocivos en el ambiente interior marcados por un número de partículas por millón. Concentraciones superiores a 1000 p.p.m. en colegios se considera que reduce la concentración y la actividad cerebral y produce dolores de cabeza. A partir de 5000 p.p.m se considera peligroso para la salud. Ahora quizás podrás comprender mejor a ese compañero que siempre se quedaba dormido en clase :-(.
Hay que partir de la base que «lo normal» sería estar el 100% de las horas por debajo de los 1000 p.p.m.
En los centros con clima «Atlántico Norte» (situados en País Vasco, Castilla y León, Aragón y Galicia) se registraron rangos realmente bajos de Calidad Ambiental Interior, algunos solamente el 5% del tiempo por debajo de los 1000 p.p.m.
Por ejemplo, en Salamanca se registraron solamente el 10.5% de las horas por debajo de los 1000 p.p.m.:
En cuanto a los centros situados en el arco Sur de España (Extremadura y Andalucía) también arrojaron datos preocupantes en cuanto a la Calidad Ambiental Interior, aunque mejores que en localizaciones más septentrionales. Aunque el patrón de concentración sigue siendo cuando se alcanza la temperatura de confort (20ºC). Por ejemplo, en uno de los colegios de Sevilla, el 20% del tiempo por debajo de los 1000 p.p.m.:
La solución a los altos niveles de CO2 es, evidentemente, la ventilación de los recintos. Pero normalmente, dicha ventilación suele ser a través de las ventanas, lo que acompaña una pérdida de calor en perjuicio el confort interior en condiciones de invierno y la entrada de otras partículas y más calor en condiciones de verano. La solución real y lógica para una ventilación de confort pasa por tanto sí o sí por un sistema de ventilación con recuperación del calor.
Mucho se habla de salud tras la Pandemia del Coronavirus pero, ¿Estamos realmente dispuestos a tomar cartas sobre el asunto? En el Reto KÖMMERLING no nos cansaremos de repetir que la base de la eficiencia energética en edificios tiene que ver con el confort y la salud de las personas. Habitar y utilizar edificios eficientes asegura unas condiciones de habitabilidad óptimas para nuestras actividades, además de consumir mucha menos energía.