

La ciudad sueca de Kiruna fue construida en torno a la explotación de una de las minas de hierro más grandes del mundo, que ha sido explotada por la compañía estatal LKAB durante más de 100 años. Hace una década los trabajos se pararon por existir riesgo de derrumbamiento de gran parte del centro del asentamiento al seguir excavando de manera tan próxima. Tras un periodo de reflexión, y presumiblemente por la presión del mercado chino por materias primas, la balanza se ha inclinado por reactivar el pleno rendimiento de la instalación y trasladar a la población a dos millas del punto crítico.
La desmesurada intervención correrá de la cuenta de la empresa minera, que se ha comprometido a reservar un billón de dólares para demoler los edificios, desmontar y reubicar los hitos culturales y cubrir el diseño y construcción del nuevo barrio.
La propuesta de White Arkitekter y Ghilardi + Hellsten fue elegida ganadora en marzo de este año y muestra una visión del desarrollo a largo plazo de la ciudad hacia el este. Permite un amplio crecimiento posterior de la población y su diversidad cultural. Al parecer, la particular situación de la ciudad permite preveer una transformación brutal, pues la creciente demanda de hierro parece justificar el crecimiento de su población de manera ininterrumpida hasta el año 2033.
El asesor de Urbanismo y Medio AmbienteUrbanismo y Medio Ambiente de Kiruna, Ann Catrin Fredriksson dijo al periódico Wall Street: “sabíamos que no teníamos elección. Nuestra ciudad está muy ligada a Lkab y no ha habido oposición. Hemos trabajado juntos para encontrar la mejor solución, la compañía aceptó reconstruir una docena de edificios históricos”. Algunos de los trabajadores de la mina han admitido que “sin la empresa minera, antes o después, Kiruna hubiera muerto”.
La ciudad original había sido planeada por arquitectos y urbanistas hasta el último detalle: un trazado de las calles adecuado para proteger las casas de los vientos polares, las viviendas, el transporte y los servicios sociales fueron minuciosamente proyectados para adaptar la ciudad al entorno como una ciudad modelo. ¿Hasta qué punto era previsible este momento?
Se estima que la migración total de 3000 personas se llevará a cabo a lo largo de 20 años. De momento, se están haciendo los primeros movimientos respecto a medios de comunicación, carreteras, vías ferroviarias y tendidos eléctricos. El nuevo Ayuntamiento se terminará en 2016 y será el punto de referencia para futuras expansiones.